Pasen un buen rato acurrucados en la cama, leyendo, platicando o jugando. El contacto físico ayuda a los niños a sentirse queridos y seguros, ¡y es divertido para los padres!
Entonar juntos sus canciones favoritas es perfecto para estrechar los lazos. Baila en la sala con tus hijos, y usa la música como aliciente para las tareas de limpieza.
Aunque conviene fomentar las actividades escolares y extraescolares de los niños, insistir demasiado en ellas puede causarles tensión y angustia.
Reserva un tiempo para actividades destinadas sólo a la convivencia y la recreación de la familia. Organicen juegos y fiestas sorpresa, den paseos a pie, exploren una cueva, cultiven el jardín o cocinen.
Vayan corriendo o en bicicleta al parque más cercano, donde podrás descansar mientras los niños juegan en los columpios o en el arenero. Estos paseos permiten a los padres inculcarles hábitos sanos a los hijos, convivir con ellos y hacer ejercicio.
La comida chatarra, rica en azúcar y sal, quizá sea sabrosa, pero resulta dañina para la salud y el bienestar de tu familia. Incúlcales a tus hijos el hábito de comer tentempiés sanos dejando a su alcance tazones de fruta fresca, verduras troceadas, frutos secos o fruta deshidratada.
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Es otra forma de interesar a los niños en la comida saludable. Al preparar juntos el desayuno o la cena, les fomentas hábitos de alimentación sanos, además de enseñarles a cocinar, escoger ingredientes, trabajar en equipo e improvisar.
Los niños que han ayudado a preparar una comida están más dispuestos a comérsela.
Es muy conveniente reforzar el buen comportamiento de los hijos, sin exagerar. Llevarlos al albergue de animales abandonados, al zoológico o al cine y comprarles palomitas, o retrasar un poco la hora de dormir, son buenos alicientes.
Reserva un rato para la lectura todos los días. Léeles en voz alta a los niños, que cada cual tenga su propia lectura, o escuchen juntos un audiolibro. Hacerlo acurrucados en el sofá puede ser aún más grato. También conviene que los niños escriban un poco cada día.
Dedica a cada uno de tus hijos un rato exclusivo todos los días, aunque sólo sean 10 minutos. Eso hará que cada niño se sienta especial, y fortalecerá el vínculo que los une.
Como a los niños les gusta saber lo que deben esperar, las rutinas de antes de dormir, como bañarlos y leerles cuentos, reducen la mala conducta por la noche. Una rutina matinal también puede ayudarte a salir de casa más pronto y con menos resistencia.
Expresen con pequeños detalles cuánto se quieren unos a otros; por ejemplo, dando gritos o brincos de alegría cada vez que un hijo regresa de la escuela o un padre del trabajo.
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Si uno de tus hijos hiere los sentimientos de un hermano, debe hacer algo más que disculparse: tratar de reparar el daño; por ejemplo, ayudándole con una tarea o compartiendo con él un juguete.
Lo más importante que puedes hacer por tus hijos es amar a tu cónyuge y demostrárselo. Así ellos tendrán un ejemplo de buena relación que seguir, y ustedes protegerán su matrimonio.
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