Mantener la calma es algo natural para algunos, y hay mucho que puedes aprender de estas personas. Estas son algunas de las mejores maneras de controlar tu ira y mantener la calma antes de que los sentimientos se intensifiquen.
La genética y la educación son fuerzas importantes para determinar si eres una persona naturalmente tranquila o ansiosa, pero no es la última palabra. Las investigaciones muestran que el cerebro y el sistema nervioso son flexibles.
No importa cómo estés “conectado” para reaccionar ante el estrés, la práctica continua puede reducir tu nivel de ansiedad diaria. “Puedes cambiar la aguja hacia la calma”, dice Emiliana Simon-Thomas, directora científica del Greater Good Science Center en UC Berkeley.
Uno de los mejores hábitos mentales para cultivar es concentrarse en el momento presente. Pensar en el pasado y el futuro puede disminuir en gran medida cómo te sientes en este momento.
“Nos preocupamos por las posibilidades que no son tan amenazantes como imaginamos”, dice Simon-Thomas. La atención plena te ayudará a darte cuenta de que la vida en tiempo real, este momento en particular, no es una amenaza.
Las personas que son tranquilas por naturaleza también sienten una sensación de gratitud. Podrían decirse a sí mismos cosas como: “Estoy tan feliz de que mi madre cuidó a mis hijos ayer para que pudiera tener una cita nocturna”.
Practicar el sentimiento de gratitud le da a alguien la capacidad de pensar en todas las cosas buenas de su vida, señala Simon-Thomas. Y lo más importante, cambia el estado mental de escasez a uno de abundancia y apoyo.
“El solo hecho de respirar profundamente unas cuantas veces activa el sistema nervioso parasimpático”, dice Simon-Thomas. Toma una respiración profunda por la nariz, del tipo que le llena el estómago. Se llama respiración diafragmática.
El sistema nervioso parasimpático también se conoce como el sistema de “descanso y digestión”, que ralentiza el ritmo cardíaco y relaja los músculos gastrointestinales.
“Solo observa lo que está sucediendo en tu mente y cuerpo en tiempo real y déjelo pasar”, dice Simon-Thomas. ¿Te ves atrapado en un comentario sarcástico o en un conflicto con un colega? Toma nota de lo que te pone en un estado tenso.
La idea es descubrir a qué cosas estás reaccionando individualmente que no son una amenaza en el gran esquema de la vida. Tendemos a asumir muy rápidamente la mala intención de los demás. Sabiendo esto, podemos cuestionar nuestra reacción instintiva de suponer que otros nos persiguen.
La investigación sugiere que la capacidad de estar presente en las experiencias del momento es un indicador de la felicidad general y una sensación de bienestar.
“Cuando nuestras mentes divagan, a menudo pensamos en cosas desagradables… nuestras preocupaciones, nuestras ansiedades, nuestros arrepentimientos”, dice Matt Killingsworth, un investigador cuyos datos crearon el estudio histórico “Una mente errante es una mente infeliz”.
En cambio, trata de perderte en el momento en el que te encuentras, ya sea navegando por Internet, sumergiéndote en un proyecto de trabajo, leyendo un libro cautivador o concentrándote en una conversación con un amigo.
Aprender a compartimentar, reconocer tus preocupaciones y tomar una decisión consciente de guardarlas hasta un momento específico más adelante puede ayudarte a concentrarse más en el presente.
Si encuentras que se te ponen los pelos de punta porque un conductor se te atravesó o tu compañero de trabajo te interrumpió en una reunión, da un paso atrás y evalúa la situación de manera objetiva: ¿qué pasa si tu interpretación del momento es incorrecta? ¿Está asumiendo que la otra parte tenía malas intenciones? ¿Realmente los conoces lo suficientemente bien como para decir lo que estaban pensando o sintiendo?
Adopta esta actitud y es posible que tomes la iniciativa de fomentar la cooperación y la comprensión en situaciones tensas.
“Parece estar integrado en nuestros mecanismos emocionales para ponerse a la defensiva y adrenalizarse cuando nuestra relación íntima parece estar en peligro”, dice la psicóloga Randi Gunther, sobre las parejas que “pierden los estribos” durante las conversaciones difíciles.
Uno de sus consejos: elige un objeto sagrado para ti y acepta que solo la pareja que lo sostiene puede hablar. En lugar de responder a una crítica desafiante de inmediato, te verás obligado a hacer una pausa y responder de manera más reflexiva.
Una vez que te das cuenta de que tu reacción instintiva es una respuesta al miedo a perder la relación, puedes estar más abierto a mejores formas de comunicarte. A veces, la mejor estrategia es que ambas personas se tomen un descanso (un paseo, ir a una habitación diferente) antes de continuar con la conversación.
Esto puede ayudar a reducir la tensión de una manera que permita a las personas expresarse mejor con precisión en lugar de emocionalmente. A continuación, aprende a calmarte de un ataque de pánico.
Tomado de rd.com 7 Ways Naturally Calm People Handle Stress
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