Evita estas frases y palabras que una persona inteligente no usa
“Tengo una pregunta tonta”. Si quieres sonar brillante, no te califiques como tonto, eso no es inteligente. No deberías avergonzarte por tener preguntas.
Si eres inteligente, o si al menos quieres parecerlo, recuerda que es mejor no decir algunas cosas.
Quizá quieras parecer simpático, pero decirle a alguien que se ve cansado es lo mismo que decirle que se ve mal. Y la verdad es que nadie quieres escuchar eso, así que decirlo te hace sonar insensible (y grosero). Lo mismo aplica para frases como “¿perdiste peso?”. Aunque sea cierto, básicamente le estás diciendo a la persona que tenía sobrepeso. ¡Mala idea!
En ambos casos es más inteligente un simple y sincero “¿cómo estás?”. Si alguien en verdad está cansado y quiere contarte sobre su nuevo bebé, te lo hará saber; y alguien que ha perdido 10 kilos también te lo dirá: “¡no sabes lo bien que me siento después de haber perdido 10 kilos!”
No: hiciste una llamada. O le llamaste a alguien. Usar una palabra más rimbombante no te hará sonar más inteligente, hará notorio que te estás esforzando por aparentar algo más. Utilizar palabras claras y simples dará la impresión de que sí sabes de qué estás hablando.
No tiene nada de malo enriquecer tu vocabulario, pero siempre y cuando sigas siendo directo y amable.
Especialmente en tu trabajo: esta frase indica que, o no sabes, o estás desmotivado, o ambas. “Lo voy a intentar” también comunica el mismo mensaje: ¿por qué te vas a limitar a intentar, cuando puedes hacerlo? Así que si te piden que hagas algo que no conoces o que nunca haz hecho, no te des por vencido de inmediato.
¡Una persona inteligente no haría eso! Lo resolvería, aunque fuera con ayuda de alguien más. Tampoco te sientas avergonzado por pedir que te echen una mano para hacer lo que tienes que hacer, y para hacerlo bien.
Si quieres sonar como un adulto inteligente, resérvate el tono de bebé para los bebés. Decirle a alguien “mami”, “papi” o “corazón” debería ser algo que sólo hagas con tu familia.
Y esto incluye a tus mascotas: está bien que los ames y que estés orgulloso de ellos, pero a menos que estés rodeado de más amantes de los animales, habla como adulto.
Hablando de cómo hablan los niños: quejarte porque sientes que algo es injusto hará que suenes inmaduro, no inteligente. Lo que sí es brillante y admirable es hacerle frente a las injusticias.
Pero también importa el tono con el que lo hagas. Puedes usar frases como “creo que sería más equitativo hacer este trabajo de otra forma”. Asegúrate de proponer soluciones.
Una persona inteligente está abierta al cambio y a las sugerencias. Quedarte con un método o con un proceso sólo porque lo conoces bien hace que parezcas cerrado, no brillante.
Ya sea que estés en tu trabajo, en una organización o en la escuela, siempre es bueno estar abierto a escuchar lo que los demás tienen que decir para mejorar.
Igual que cuando dices “no es justo”, decir que tú no podrías ser culpable de algo suena a que estás a la defensiva, y no te hace parecer un adulto responsable e inteligente. De manera similar, decir “no es mi trabajo” da la impresión de que no sabes trabajar en equipo.
Si en tu trabajo hay un problema, no huyas y lo evites. Incluso si en verdad no es tu trabajo, siempre es mejor que intentes ayudar.
No hay nada malo con querer que algo sea maravilloso, por supuesto que no. Pero sí llega un punto en el que es mejor aceptar que no tiene que ser perfecto y que todos, hasta tú, tienen límites. Según un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, admitir que no eres perfecto y que hay muchas cosas que debes aprender es un signo de inteligencia.
En lugar de volverte loco intentando hacer todo perfecto, deberías aprender a ser más inteligente y retirarte del juego o a dejar ciertas mejoras para el futuro.
Si quieres sonar brillante, no te califiques como tonto. No deberías avergonzarte por tener preguntas. Admite que las tienes. Lo mismo con tus ideas y sugerencias. No digas “quizá esto suene tonto pero…” ni “quizá esto no tenga sentido…”.
Actúa con confianza, aunque sea fingida. Sonarás mucho más inteligente sin importar lo que digas.
Si alguien te pide tu opinión, dáselas. Si dices algo como “tú sabrás”, las personas entenderán que no tienes una opinión, o creerán que no te interesa. Decir esto o “da igual” proyectará la impresión de que te están molestando. Hasta puede ser que nunca vuelvas a ser tomado en cuenta para asuntos similares.
Si en verdad piensas que la persona que te está consultando puede saber más que tú sobre un tema entonces dile algo más amable, como “me haría muy feliz ayudarte, pero estoy seguro de que tú sabes más que yo al respecto”. Esto, además, hará que proyectes seguridad y te hará ver inteligente.
Tomado de rd.com 20 Words and Phrases Smart People Don’t Use