Gajes del oficio: Luego de una breve capacitación
Luego de una breve capacitación como guardias de seguridad, a unos compañeros y a mí nos dieron el puesto de vigilantes en una fábrica de muebles.
Luego de una breve capacitación como guardias de seguridad, a unos compañeros y a mí nos dieron el puesto de vigilantes en una fábrica de muebles. Había un individuo que solicitaba el material de desecho de la madera y, al poco tiempo de ingresar, regresaba con una carretilla llena de este material. Después de una escrupulosa revisión del aserrín, le dábamos el pase de salida. Fue solo a media semana, tras cuatro visitas del solicitante, que nos reportaron que había desaparecido el mismo número de carretillas.
Saúl Gómez, México
En una ocasión, la mamá de una de mis estudiantes me envió la siguiente nota: “Mi hija se ausentará de la escuela del 27 de septiembre al 3 de octubre. Hará un viaje educativo a Tierra Santa, donde aprenderá historia y geografía”.
Esa tarde llamé por teléfono a la madre y le dije:
—Vaya, es una excelente oportunidad para su hija. ¡Tierra Santa! ¿Viajarán a Israel?
—No —repuso ella—, iremos a Disney World.
Tim McRoberts, Estados Unidos
Soy fotógrafo y, entre otras cosas, me encargo de restaurar imágenes dañadas por el tiempo o los elementos naturales. Algunos de mis clientes también suelen pedirme que “borre” a determinadas personas de las fotos por diversas razones. Siempre trato de hacer un buen trabajo, completando un pedacito de ropa o piel que haya quedado detrás de otras personas. No obstante, cierta ocasión una solicitud me dejó sin habla. Un cliente me entregó la foto de su hija con una vaca, que tapaba a la niña hasta el cuello, y dijo: “Por favor, quiero que quite al animal para que se pueda ver el vestido de mi hija”.
Eduardo Magaña, México
Hace años, un maestro colega mío estaba dando una clase en la universidad cuando se dio cuenta de que una alumna de la primera fila le pasaba un papelito doblado al compañero de al lado. En ese momento, mi colega interceptó el papel al tiempo que exclamaba, malhumorado:
—A mí no me gusta que se envíen recaditos cuando estoy enseñando.
Enseguida, sin haberlo leído, lo metió en la bolsa de su pantalón y siguió dando clase.
Varias horas más tarde, ya que se encontraba en su oficina, el catedrático recordó el incidente, sacó el papel y leyó lo que tenía escrito: “Juan, dile al profesor que trae abierto el cierre del pantalón, porque a mí me da vergüenza hacerlo”.
Marco Antonio Vázquez, México
No cabe duda de lo que celebra el Premio Diagram para el Título de Libro más Raro del Año. Estos son algunos de nuestros favoritos (y en caso de que se lo pregunten, todos son reales):