Gajes del oficio: Risas a la orden
Los miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen una larga y orgullosa tradición de hacer las mejores bromas pesadas...
Risas a la orden
Los miembros de las fuerzas armadas de EUA tienen una larga y orgullosa tradición de hacer las mejores bromas pesadas. He aquí las favoritas del sitio rallypoint.com:
Es increíble cómo una persona puede hacerte un cumplido e insultarte al mismo tiempo. Hace poco, cuando saludé a una compañera del trabajo, ella me dijo: “Te ves tan bien que ni siquiera te reconocí”.
Elaine Shcyve, Estados Unidos
Un amigo mío que trabajaba en una óptica me contó que cierto día entró a la tienda una cliente a la que le gustaron mucho un par de anteojos y, ante la duda de si podían usarlos indistintamente hombres y mujeres, le preguntó:
—Oiga, señor, ¿podría decirme si estos lentes son bisexuales?
Gabriel Rodríguez, México
En una ocasión estábamos derribando una vieja letrina ubicada a un costado de mi casa. Una vecina se acercó para preguntarme si podía quedarse con el asiento, que consistía en un tablón de madera con tres orificios, y yo estuve de acuerdo. Aproximadamente seis meses más tarde, ella me invitó a su casa para mostrarme cómo había remodelado la sala de estar. Lo primero que llamó mi atención fue un marco para fotos que estaba colgado en la pared. Era un tablón de madera con tres orificios, a través de los cuales se asomaban las caras de sus tres nietos.
D.R., Estados Unidos
Un vendedor convenció a mi tío de comprar 10,000 bolígrafos personalizados para su negocio, con la promesa de que podría ganar un lujoso yate de 32 pies de eslora. Como a mi tío le encantan las apuestas, aceptó de inmediato. Resultó ganador, y unas semanas después de que llegaron los bolígrafos, apareció su gran premio: se trataba de un yate de plástico de 30 centímetros de largo con 32 pies de plástico pegados a la parte inferior.
Eddie Edwards, Estados Unidos
Fuente: thecooperreview.com
Cierta vez, cuando salí a almorzar, un compañero de trabajo contestó mi teléfono y le dijo a la mujer que llamaba que regresaría en 20 minutos. —Disculpe, ¿estamos hablando de 20 minutos del horario de la zona central del país? —inquirió ella.
Jamie Hindman, Estados Unidos