La autonomía de los felinos, así como su facilidad para adaptarse a espacios pequeños, hacen que cada día sean más apreciados.
Aunque sin lugar a dudas el perro sigue siendo “el rey” entre las mascotas de la Ciudad de México, es un hecho que los gatos ganan cada vez más adeptos entre los amantes de los animales domésticos, consideran expertos del Hospital Veterinario UNAM-Banfield.
Sin haber cifras oficiales al respecto, diversos ejercicios de consulta e incluso censos oficiales daban cuenta de que hasta hace apenas unos años del 100 por ciento de hogares con mascota, un 15 por ciento tenía a uno o más gatos como animal de compañía, pero ejercicios más recientes dan cuenta de que ese porcentaje asciende ya a un 18 por ciento.
Es decir, entre los capitalinos el perro sigue siendo la mascota preferida con un 79 por ciento, el gato es el segundo lugar con un creciente 18 por ciento y el restante 3 por ciento es distribuido entre roedores, aves y reptiles.
De acuerdo con Adrián Rodríguez-Granada Madrid, director administrativo del Hospital Veterinario UNAM-Banfield, esta propensión de mayor tenencia de gatos en el hogar podría explicarse por dos causas:
No obstante, el directivo del Hospital Veterinario UNAM-Banfield menciona que es importante resaltar que la “independencia” o “autonomía” de los gatos no significa que esta especie no requiera atención veterinaria. Por el contrario, los felinos, al igual que los perros y que cualquier otra mascota, necesitan cuidados especiales e incluso particulares.
En el mismo sentido, el Dr. Fausto Reyes Delgado, director médico del Hospital Veterinario UNAM-Banfield, detalla que tanto gatos como perros precisan de una revisión médica veterinaria de inicio y posteriormente otras de forma periódica para el mantenimiento de su salud.
De hecho, la recomendación para la primera revisión veterinaria de un minino debe ocurrir entre los dos o dos y medio meses de edad para poder establecer el estatus de salud de la mascota. Eso permite comenzar a fincar la protección del gato contra enfermedades infecciosas como parásitos, virus y bacterias, pero también para el diagnóstico de otras enfermedades que pueden ser transmitidas por parte de la madre al cachorro, por ejemplo: leucemia o sida felino.
Luego de este primer “reconocimiento” del gato, ocurren las visitas periódicas para vacunación y seguimiento a los gatitos. Una vez terminada esta segunda etapa se está en una edad correcta (cuatro a seis meses de edad) para llevar a cabo el procedimiento de esterilización de la mascota. Una vez llegado a este punto, la recomendación es que los gatos asistan al veterinario al menos cada 3 meses; es decir, unas 4 veces al año.
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