Conoce la historia de un corazón elaborado con barro negro que hace felices a las madres y transforma la vida de artesanos indígenas.TE RECOMENDAMOS:El sencillo deseo de mi madreUn alhajero en forma de corazón...
Un alhajero en forma de corazón elaborado con barro negro no sólo será la delicia de las madres este 10 de mayo, sino el símbolo de que el trabajo conjunto de fundaciones y empresas transforma la vida de los más marginados: los indígenas mexicanos.
Con el objetivo de agradecer la amorosa y desinteresada labor de las madres, y a la vez cumplir con la responsabilidad social que los caracteriza, Restaurantes Toks adquirió 45 mil alhajeros de barro negro, piezas elaboradas por las manos de artesanos de San Bartolo Coyotepec.
Con una inversión de más de un millón de pesos, Toks benefició a un centenar de personas y a más de 20 familias de artesanos de esta comunidad oaxaqueña, ubicada a sólo 12 kilómetros de la capital del estado.
Estas delicadas piezas, elaboradas con una ancestral técnica en la que el tiempo de elaboración es la clave de su calidad, serán obsequiadas a las madres que este 10 de mayo acudan a cualquiera de las 192 sucursales de esta empresa mexicana.
“Desde hace más de una década Restaurantes Toks les obsequia un detalle a las madres en su día. Al principio eran flores, chocolates o algún producto manufacturado en China, pero desde hace más de una década volteamos los ojos a productos excepcionales salidos de las manos de artesanos mexicanos”, explica Gustavo López Berlanga, director de Responsabilidad Social de esta cadena de restaurantes.
Fuerza indígena, el alma de México
Para llevar a cabo este proyecto, Toks le pidió ayuda a Pro Mazahua y Pro México Indígena, una fundación que desde 1997 trabaja por el resurgimiento de los pueblos originarios. A la fecha han beneficiado a más de 9 mil familias indígenas de siete estados de la República.
“Si todas las empresas practicaran una responsabilidad social profunda y apostaran por el México indígena, esas comunidades ricas en identidad y sabiduría ancestral no estarían sumidas en la discriminación, marginación y pobreza”, dijo Jeannette Arriola Sánchez, fundadora de Pro Mazahua y Pro México Indígena.
Arriola Sánchez destacó que los tratos con los artesanos de San Bartolo Coyotepec, liderados por el matrimonio conformado por Esther Real Sosa y Emilio Ortiz Ramírez, fueron de palabra, lo que más valor tiene para los indígenas mexicanos. “Cuando ellos prometen algo, lo cumplen; tú puedes prestarles dinero y te lo pagan, aunque no haya nada firmado. Esas enseñanzas me han convertido en mejor persona”, revelo Arriola Sánchez.
El matrimonio Ortiz Ramírez contó que en su taller trabajaban 12 personas, las cuales podían sacar pedidos de hasta 4 mil piezas, su producción máxima, así que cuando Restaurantes Toks les solicitó 45 mil se quedaron perplejos.
“Cuando el ser humano quiere algo, lo logra; sólo hay que creer. Y si los chinos pueden, por qué nosotros no”, bromeó el artesano. Para lograr la hazaña de transformar 2.5 toneladas de barro negro en exquisitos alhajeros en menos de tres meses, fue necesaria la participación de 28 personas más.
La artesana Esther Real Sosa calificó la creación de estas 45 mil piezas como un reto muy grande. “Me siento muy halagada de que hayan confiado en nosotros, y ojalá sigan creyendo en nosotros porque proyectos de este tipo benefician a muchas familias”.
Esther confió en que las madres recibirán con cariño los alhajeros porque fueron hechos de igual manera.
“Es la caja perfecta para la mamá perfecta, una suma de esfuerzos, así que estamos seguros de que algo con tanto valor será significativo para las madres”, dijo Lucía Gómez Arriola de Pro Mazahua y Pro México Indígena.
“Toks está haciendo que el México indígena esté presente en la vida diaria. Los mexicanos estamos en un momento en el que debemos apostar por el valor de la palabra, por el respeto a quienes somos, a lo que representamos y, sobre todo, construir un modelo de desarrollo diferente al actual. Necesitamos una vía de desarrollo que apoye a los indígenas y con ellos el poder de lo nuestro”, finalizó Jeannette Arriola Sánchez.
Aunque el apoyo de Restaurantes Toks para los artesanos de San Bartolo Coyotepec es temporal, sin duda constituye una oportunidad inmejorable para que los indígenas mejoren sus procesos, descubran sus potenciales y, sobre todo, para que su trabajo sea conocido. “El talento está distribuido en todo el mundo, pero las oportunidades no”, dice Gustavo López Berlanga.
“No es sólo brindar ayuda monetaria adquiriendo sus productos, sino apoyar de tal manera que la comunidad se vuelva autosustentable proporcionando la capacitación necesaria administrativa y asistencia para crecer”, finaliza Gustavo Pérez Berlanga, director de Responsabilidad Social de Restaurantes Toks.
El tema de responsabilidad social al que Restaurantes Toks ha dado prioridad para desarrollar acciones sustentables y contribuir a mejorar la calidad de vida en el país y en el planeta se basa en el empoderamiento de la mujer y la erradicación del trabajo infantil en comunidades indígenas, causas que se se ajustan a un concepto que la empresa ha denominado como vida digna.
Como periodista tengo la misión, parafraseando al intelectual español Julio Anguita, de perturbar, de agitar el cerebro, de mover las conciencias.
Para lograr esos objetivos me aferro al abecedario como otros se aferran al escapulario.
Me especializo en notas de salud, bienestar, estilo de vida, gastronomía y viajes.