La sexualidad y el sexo son fundamentales en el desarrollo integral de cada persona, sin embargo muchos padres rehúsan hablar sobre este tema con sus hijos, los pretextos sobran: evitar incomodidad y vergüenza podrían ser los principales, e independientemente de esto este tipo de conversaciones tienen que hacerse, sobre todo para evitar que llegue a ellos información confusa o errónea, a través de amigos, compañeros, medios de comunicación o películas pornográficas.
Hablar sobre sexo con un adolescente, no tiene que ser lleno de incomodidad y en un ambiente solemne.
Al contrario, trata de hacerlo de forma natural y paulatina, a medida que el menor va creciendo. Si en cada etapa de su vida adecuamos el lenguaje para transmitirle la información más relevante, llegará a la adolescencia con ideas más claras.
Cualquier momento casual puede ser el momento para hablar sobre sexo y sexualidad, por ejemplo cuando van en el auto.
Te puedes apoyar en películas, canciones o situaciones cotidianas relacionadas para abordar el tema con naturalidad.
Hay padres que son demasiados rígidos al hablar sobre sexo con sus hijos. Y además hacen creer que las relaciones sexuales son negativas o peligrosas, y aquí pueden llegar los juicios y criticas por tenerlas, con el propósito de desanimar. Sin embargo, el resultado pueden ser muy diferente para estos padres.
Evitar hablar de un tema o tratar de hacerlo ver negativo no hará que deje de existir en la mente de las personas. El adolescente querrá experimentar estas relaciones de todas formas, pero irá con un concepto erróneo, impregnado de culpa y miedo a defraudar a sus padres.
Es preferible acercarse al tema con una mentalidad abierta, flexible y tolerante.
Haz llegar a tu hijo información real que pueda ayudarle a tomar decisiones conscientes. Habla sobre el riesgo de embarazo y sobre la transmisión de enfermedades en diferentes prácticas sexuales, pero no dejes de lado las alternativas para protegerse.
Tampoco olvides abordar el plano ético y emocional de las relaciones sexuales. Es necesario que comprenda que el respeto (a uno mismo y al otro) y la responsabilidad afectiva son esenciales.
Es preferible que no abordes las charlas sobre sexualidad como un monólogo de tu parte. Pregúntale a tu hijo qué sabe, qué dudas e inquietudes tiene y a qué quiere que le respondas. Esto te ofrecerá la oportunidad de conocer los puntos de vista de tu hijo.
Puede que tu hijo te pregunte sobre algún tema sobre el que no estás informado o no sabes bien cómo responder.
No temas asumirlo e invitarle a buscar juntos las respuestas. Acudir a un profesional de la salud puede resultar beneficioso y clarificador.
Es posible que tu hijo se sienta más cómodo hablando sobre sexualidad con otras personas que contigo: esto no es malo, ya que puede resultar enriquecedor para él contar con el apoyo y la opinión de otros adultos de la familia.
Sin embargo, exponle también tus puntos de vista y asegúrale que siempre estarás disponible para hablar.
Tener una charla sobre sexualidad con tu hijo puede resultarte incómodo. Sin embargo, es necesario para que conozca los peligros a los que se expone y la forma de evitarlos.
Contar con la información adecuada le protegerá frente a embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, pero también le ayudará a hacer frente a la presión grupal y a evitar las relaciones no consentidas.
Fuente: Mejor con salud
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