¿Hay vida en la Antártida?
Excepto por los pájaros bobos que llegan por millones para anidar en sus costas y algunas otras aves, la vida en el continente helado es verdaderamente escasa, pero existe. Aquí y allá aparecen musgos...
Excepto por los pájaros bobos que llegan por millones para anidar en sus costas y algunas otras aves, la vida en el continente helado es verdaderamente escasa, pero existe.
Aquí y allá aparecen musgos de lento crecimiento, líquenes y algas que han conseguido arraigar en el suelo desnudo o en las rocas de las que absorben calor en los días soleados de verano.
Incluso se ha encontrado un tipo especializado de líquen que vive bajo la superficie porosa de la piedra arenisca (los filamentos del hongo invaden los diminutos espacios o poros de la roca).
La escasísima vegetación terrestre ofrece alimento y refugio a unos cuantos animales tan resistentes como insectos y ácaros diminutos, entre ellos un tipo de mosca sin alas que tiene sólo 5 milímetros de largo.
También hay algunos seres acuáticos. Se han descubierto densas masas de algas que crecen en el agua helada y cubren de orilla a orilla el fondo de los lagos profundos permanentemente cubiertos de espesas capas de hielo.
La fauna de las charcas temporales formadas por la nieve fundida incluye microscópicos rotíferos, tardígrados y otras clases de invertebrados. Estos diminutos animales, asombrosamente adaptados al frío antártico, pueden permanecer helados en las charcas durante años seguidos y volver a la vida tan activos como siempre en cuanto se deshiela el agua.
En los bosques tropicales, el agua se almacena en la base de las rosetas que forman las hojas de las bromeliáceas, plantas epifitas de la familia de la piña que crecen en lo alto de las ramas de los grandes árboles.
Los investigadores han descubierto que estas charcas en miniatura albergan una sorprendente variedad de seres vivos: larvas de insectos, diminutos crustáceos, gusanos acuáticos e incluso los renacuajos de ciertos tipos de ranas arborícolas.
Los huecos de los árboles también suelen llenarse de agua de lluvia y convertirse en estanques en los que pululan los seres vivos, especialmente los crustáceos y diversas larvas de insectos.
En las regiones templadas y tropicales las larvas más comunes son las de los mosquitos, verdaderas plagas que dejan sus huevos en cualquier agua estancada que encuentran.