Héroes de cuatro patas: la crónica de los perros rescatistas de México

No todos los héroes visten capa o tienen superpoderes. En la historia de México, los más grandes héroes de las tragedias han caminado a cuatro patas.

Son seres tenaces, con un olfato prodigioso y un espíritu de colaboración inquebrantable y a lo largo de las décadas han demostrado que su única misión es salvar vidas.

Esta es una crónica de su valor y su legado.

La unidad K9 de la UNAM: Un legado de resiliencia

Todo comenzó en 1986, apenas un año después del devastador terremoto que sacudió la Ciudad de México. Al ver a los equipos de rescate de otras naciones, un grupo de veterinarios de la UNAM sintió el llamado de la prevención. Así nació la Unidad K9 de la UNAM, un grupo que, desde hace casi 40 años, entrena y prepara a perros para lo impensable.

Con la dirección de Julio Velázquez, esta unidad ha convertido un taller abandonado en Ciudad Universitaria en un “Disneylandia” de escombros, túneles y rampas, un simulador de catástrofes para que tanto los perros como sus guías enfrenten la realidad antes de que la realidad los alcance.

A lo largo de los años, su valentía se ha forjado en tragedias. Estuvieron en la explosión de Guadalajara en 1992, en las instalaciones de Pemex en 2013 y en el deslave del Cerro del Chiquihuite, demostrando que su labor no se limita a los sismos. Incluso, su valentía trascendió fronteras con su única participación internacional: el accidente nuclear de Fukushima, Japón, en 2011, donde la incertidumbre y el peligro eran latentes.

Foto tomada del Facebook oficial de Perros de Búsqueda y Rescate UNAM

El desafío de 2017: Héroes de la ciudad

Su mayor punto de quiebre fue el terremoto del 19 de septiembre de 2017. El sismo que golpeó a la Ciudad de México fue el reto más grande para la Unidad K9. “Toca tu ciudad, toca a tu gente, toca a tu familia”, relata Julio Velázquez, coordinador de la K9.

En medio del caos y la desesperación, perros como Gala y Mali se convirtieron en símbolos de esperanza en lugares como el Colegio Rébsamen, donde su olfato fue crucial para la búsqueda de los más vulnerables.

Frida: ícono de la esperanza

Sin embargo, el nombre que quedó grabado en la memoria colectiva no solo de México sino del mundo, fue el de Frida. Esta labrador retriever, que pertenecía a la Secretaría de Marina, se hizo famosa por su icónica imagen: con sus gafas protectoras y botas, se convirtió en el rostro de la esperanza en la Ciudad de México.

Frida fue más que una perra; fue un ícono que con su tenacidad salvó 12 vidas y localizó 40 cuerpos en operaciones en México, Haití, Guatemala y Ecuador. Su partida, en 2022, fue un recordatorio doloroso de que incluso los héroes más grandes tienen un final.

Foto tomada de Internet. Frida la perrita rescatista.

La herencia que trascendió fronteras

El legado de estos valientes guerreros se ha transformado en nuevas formas de servicio. Cuando la tierra tembló en Turquía y Siria en 2023, México respondió con uno de sus equipos más valiosos: sus perros rescatistas. Fue allí donde el mundo conoció a Proteo, el pastor alemán del Ejército que, en medio de la nieve y el frío, ayudó en la localización de 15 personas. Su muerte en servicio conmovió a una nación entera y le valió un emotivo homenaje de los aficionados del club de fútbol turco Trabzonspor, quienes desplegaron una pancarta con su imagen, un tributo al heroísmo que no conoce nacionalidad.

Foto tomada de Internet. Proteo, el perro rescatista.

Junto a él, otros héroes del 19-S continuaron su labor, como Rex, el pastor belga que salvó vidas en la capital y en Colima. Este can nos dejó en enero de 2025 tras una larga batalla contra una enfermedad degenerativa.

Foto tomada de Internet. Rex, el perro rescatista.

Un nuevo amanecer: El legado continúa

La historia de estos valientes guerreros no termina con su partida. Con el regreso del equipo de Turquía, México recibió con honores a Arkadas (que en turco significa “amigo”), un cachorro pastor alemán donado por el país euroasiático.

Este pequeño, que hoy se entrena para convertirse en un nuevo héroe, es el testimonio vivo de que el heroísmo se transforma y se transmite.

Arkadas en su ceremonia de ascenso durante el Perrotón 2025

Sin duda, el vínculo entre ser humano y perro es una fuerza capaz de sanar heridas y de dar esperanza incluso en los momentos más oscuros.

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