Gracias a los avances de la ciencia médica, la humanidad logró vencer a la hepatitis C, pues pasó de ser un padecimiento crónico y mortal a una enfermedad curable. Sin embargo, existe un enemigo silencioso del hígado que afecta prácticamente a un tercio de la población mundial. La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA), la cual puede causar afectaciones serias a la salud y poner en peligro la vida.
La sombra de la enfermedad por hígado graso no alcohólico
Con el fin de comprender mejor la enfermedad conocida como hígado graso no alcohólico (EHGNA), es importante explorar sus efectos en la salud y las formas de prevención.
De acuerdo al Dr. David Chávez, experto en endoscopía y líder médico en Novo Nordisk, esta condición se refiere a la acumulación de grasa en el hígado de individuos que no consumen cantidades significativas de alcohol. Se destaca como la enfermedad crónica más extendida a nivel global.
“Los niveles altos de triglicéridos y niveles bajos de colesterol bueno o HDL son muy comunes en la enfermedad por hígado graso no alcohólico. La obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 y la resistencia a la insulina son los principales factores metabólicos de riesgo para su desarrollo”, expuso.
“La enfermedad por hígado graso no alcohólico produce inflamación del hígado y daño de las células hepáticas. Su prevalencia se ha incrementado ante la creciente epidemia mundial de obesidad y diabetes. Se espera que sea la principal causa de cáncer de hígado, cirrosis e insuficiencia hepática, y la primera indicación de trasplante hepático.
“También puede causar deterioro en la función renal y eventos cardiovasculares cerebrales o infartos agudos al miocardio, y por ello las personas fallecen”, advirtió el especialista en endoscopía gastrointestinal.
México es uno de los países cuya población reúne varios factores de riesgo para la EHGNA y su prevalencia podría superar el 50%. Por este motivo, el panorama a mediano plazo es crítico si no se toman acciones inmediatas para contrarrestar lo que ya se considera un problema de salud nacional.
Enfermedad sin tratamiento específico
El Dr. Chávez informó que en este momento no se cuenta con un tratamiento específico para la enfermedad por hígado graso no alcohólico. “Por eso es importante enfatizar en su diagnóstico y prevención con dieta y ejercicio.
Lo que buscamos evitar es que llegue a cirrosis o cáncer de hígado. El problema real es que al principio es una enfermedad silenciosa. No da síntomas sino después de algunos años, cuando las personas han desarrollado complicaciones como cirrosis, insuficiencia o cáncer hepáticos”.
Detección del hígado graso
Respecto a la detección del hígado graso, el jefe médico de Cardio-Metabolismo de Novo Nordisk, indicó que al paciente se le deben hacer pruebas de resistencia a la insulina y ver si tiene síndrome metabólico. Lo que incluye hipertensión, cintura de más de 80 centímetros en mujeres y de 90 centímetros en hombres y un índice de masa corporal superior a 30 (obesidad).
“Esto nos indica que el paciente puede tener EHGNA y que hay inflamación hepática.”
Prevención del hígado graso
Explicó que para la prevención del hígado graso deben tenerse hábitos de vida mucho más saludables, con la guía de especialistas en nutrición y medicina del deporte.
El ejercicio tiene que realizarse mínimo 150 minutos repartidos en la semana. Basta con una caminata diaria de 30 minutos por 5 días.
En cuanto a la dieta, es importante tener un patrón de alimentación saludable. Abundantes frutas y verduras, cereales integrales, alimentos bajos en grasa, nueces y semillas.
(Te puede interesar leer: Combate el hígado graso con este jugo de naranja y jengibre)
“Para hacer una mejor selección de los alimentos, debemos estar muy bien informados y educados como población”.
El especialista resaltó que hacer ejercicio y bajar de peso son los factores que mayor influencia tienen en la prevención de obesidad, diabetes y, por consiguiente, del hígado graso.
“Es importante reducir entre el 7 y 10% del peso que se tiene inicialmente, ante la falta de un tratamiento específico para el hígado graso”.
Tratamiento farmacológico
Dijo que el tratamiento farmacológico de la obesidad con agonistas del receptor de GLP-1, siempre bajo la supervisión del médico, tiene el potencial de contribuir al logro de esta meta, junto con dieta y ejercicio. Así se previenen las comorbilidades de la obesidad como el hígado graso.