Un ardor inesperado al orinar, una tos que no cede o un flujo vaginal fuera de lo normal pueden parecer molestias aisladas, pero esconden un patrón: las infecciones femeninas más frecuentes. Según la National Library of Medicine, hasta cuatro de cada diez mexicanas sufren episodios recurrentes que se prolongan meses o incluso años. Mantenerse informada y adoptar medidas de prevención basadas en evidencia es la mejor forma de romper ese círculo.
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1. Infecciones urinarias: la primera alerta
Una de cada dos mujeres presentará al menos una infección urinaria en su vida y entre un 20 % y 40 % las sufrirá de forma reiterada . La cistitis y la pielonefritis destacan por su frecuencia y gravedad potencial.
“Hasta el 70 % de los casos se detectan en consulta ginecológica porque los síntomas vaginales enmascaran la infección”, explica la ginecóloga y bióloga de la reproducción Dra. Emma Elizabeth Barla Muñoz.
Cómo reducir el riesgo
- Hidratación constante (1.5–2 L de agua al día).
- Micción postcoital y evitar retener la orina.
- Consulta temprana ante ardor, urgencia o sangre en la orina.
2. Infecciones respiratorias: más que un resfriado
Las vías respiratorias (nariz, garganta, bronquios y pulmones) son otro frente vulnerable. Diferencias hormonales e inmunológicas hacen que las mujeres presenten cuadros más graves y que necesiten antibióticos con mayor frecuencia.
La infectóloga Dra. Yessica Pérez subraya que “el uso racional de antibióticos es esencial para frenar la resistencia bacteriana; los inmunoestimulantes pueden disminuir las infecciones recurrentes en promedio un 54 %” .
Escudo de prevención
- Vacunación anual contra influenza y refuerzos recomendados.
- Dieta rica en vitamina D y zinc; evitar humo de tabaco o leña.
- Consulta médica si la fiebre supera 38 °C o hay dificultad respiratoria.
3. Infecciones del sistema reproductivo: equilibrio íntimo
La vaginosis bacteriana y la candidiasis representan cerca del 20 % de las consultas ginecológicas. Cambios hormonales, duchas vaginales y múltiples parejas sexuales alteran la microbiota vaginal, abriendo la puerta a patógenos.
Factores protectores
- Evitar duchas íntimas y jabones agresivos.
- Ropa interior de algodón y cambio tras ejercicio.
- Revisiones ginecológicas anuales incluso sin síntomas.
4. Claves transversales para cortar el ciclo
Diagnóstico temprano: acudir al especialista ante el primer indicio evita complicaciones renales, neumonías o infecciones pélvicas.
Tratamientos completos: seguir la pauta antibiótica indicada, ni un día menos.
Fortalecimiento inmunitario: sueño reparador, manejo del estrés y actividad física moderada.
Historial personal: llevar un registro de episodios para detectar recurrencias y ajustar terapias.
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conclusión
La salud femenina exige una vigilancia activa. Comprender cómo surgen las infecciones femeninas: urinarias, respiratorias y reproductivas —y, sobre todo, qué hacer para prevenirlas— es una inversión que rinde a corto y largo plazo. Las recomendaciones de las doctoras Barla y Pérez, respaldadas por estudios recientes, ofrecen un mapa claro: diagnóstico oportuno, prevención inteligente y hábitos que refuercen el sistema inmunitario.
Así, cada mujer puede retomar el control de su bienestar y dejar de ver las infecciones como compañeras inevitables.