El hipo puede atacar en los momentos más inconvenientes: justo antes de besar a la novia en la boda o de ofrecer una presentación en el trabajo, por ejemplo.
Cuando estás en público quizás debas recurrir a métodos muy sutiles para controlar el ataque. Algunas ‘curas’ implican presionar con suavidad; otras, un vaso con agua.
Y si no le tienes miedo al ridículo —o tienes donde esconderte— puedes sacar la lengua para estimular la abertura entre las cuerdas vocales (la glotis). Así podrás respirar con mayor comodidad, reprimiendo los espasmos causantes del hipo.
Pero existen otras medidas que, además, pueden ser más placenteras.
Increíblemente, a pesar de lo común del hipo, nadie sabe con seguridad sus causas, pero todos somos susceptibles de sufrirlo… ¡incluso los fetos en el vientre!
Algo obliga al diafragma a contraerse, de repente y de forma involuntaria, lo que provoca un espasmo que se libera mediante el embarazoso ruido del hipo.
Algunos alimentos pueden provocarlo, también el alcohol en exceso o tragar aire —como cuando sorbes una bebida gaseosa— o algo te excita.
Extracto del libro ‘1001 remedios caseros‘, editado por Selecciones Reader’s Digest.
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