Hogeweyk, el ‘pueblo falso’ donde vivir con demencia es posible
¿Y si pudieras vivir en un pueblo donde la demencia no te limita, sino que te libera?
A solo 15 minutos en tren desde Ámsterdam, en la apacible ciudad de Weesp, existe un lugar que está revolucionando el cuidado de la tercera edad. Se trata de Hogeweyk, un pequeño pueblo que, a simple vista, parece cualquier comunidad europea: calles tranquilas, vecinos conversando en cafés, supermercados y teatros donde la vida transcurre con aparente normalidad. Sin embargo, todo en este entorno ha sido cuidadosamente diseñado para un propósito extraordinario: cuidar con dignidad a personas que viven con demencia avanzada.
Lo que distingue a Hogeweyk es su enfoque inmersivo y profundamente humano. Los residentes viven en un entorno que se asemeja al mundo real, pero adaptado a sus necesidades. Las tiendas, los restaurantes y los espacios públicos son completamente funcionales, pero quienes atienden en ellos —desde los cajeros hasta los meseros— son en realidad cuidadores capacitados y personal médico. No usan uniformes y actúan como vecinos o trabajadores del pueblo, lo que ayuda a que los residentes se sientan más tranquilos, seguros y en control de su día a día.
El complejo está compuesto por 27 casas donde viven 152 personas con demencia severa o Alzheimer. Cada hogar está diseñado según diferentes estilos de vida y preferencias culturales, lo que facilita una conexión emocional y reduce el estrés. Los residentes pueden pasear libremente, participar en actividades recreativas, asistir a funciones de teatro o disfrutar de una comida en el café, todo dentro de un entorno protegido que minimiza riesgos sin restringir la libertad.
Pueblito falso en Amsterdam para personas con Alzheimer y demencia severa (Tomado de X)
El objetivo de Hogeweyk no es solo brindar atención médica, sino ofrecer una vida lo más normal, activa y significativa posible. La filosofía del lugar se basa en la idea de que, aunque la memoria falle, la capacidad de disfrutar, compartir y participar sigue presente. Al fomentar la autonomía y mantener una rutina familiar, se reduce la ansiedad, se estimula la memoria emocional y se mejora significativamente la calidad de vida.
El impacto de Hogeweyk ha trascendido fronteras. Países como Canadá, Francia, Australia, Noruega y Alemania ya han comenzado a desarrollar sus propias “aldeas para la demencia”, inspiradas en este modelo holandés. Todas ellas comparten el mismo principio: el respeto por la dignidad de las personas mayores y la búsqueda de alternativas más humanas al cuidado tradicional.
Si el futuro del cuidado de personas con Alzheimer se parece a Hogeweyk, no solo será más amable, sino también más esperanzador.