Aunque las mujeres son por mucho quienes más recurren a los tratamientos estéticos para preservar juventud y belleza, en las últimas dos décadas se ha visto un importante crecimiento en el gusto de los hombres por estas prácticas, asegura el Dr. Francisco Pérez Atamoro, director general del Centro Dermatológico Tennyson.
Cada vez son más los hombres interesados en realizarse procedimientos estéticos mínimamente invasivos con el objetivo de retrasar los signos de la edad, así que actualmente un 40 por ciento de quienes recurren a estos procesos son varones, precisa el también presidente de la Sociedad Mexicana de Dermatología Cosmética y Láser.
El ‘encanto’ de los procedimientos estéticos mínimamente invasivos radica en que reúnen las características de no ser dolorosos, prácticamente no tienen posoperatorios y sus efectos son graduales.
“A los hombres no nos gusta amanecer estirados como motociclista a 300 kilómetros por hora y que todos digan “te operaste”; nos gustan los resultados discretos, con comentario sutiles como “qué bien luces”” cuenta Pérez Atamoro.
Aunque decenas de procedimientos tienen esas características, la aplicación de toxina botulínica (el tratamiento más pedido por los varones) los rellenos, los hilos tensores y las tecnologías como el ultrasonido, la radiofrecuencia y el láser son de los más buscados por los varones.
El Dr. Atamoro, quien fue pionero en el uso de esta toxina, pues hace 26 años aplicó por primera vez este tratamiento en América Latina, puntualizó que existen una gran variedad de marcas —todas de alta calidad— y solamente se diferencian por el costo.
El especialista realizó esa precisión para acabar con el mito de que tal o cual marca es mejor, pues en realidad el efecto deseado solo lo logra mediante la adecuada técnica del dermatólogo.
“La toxina botulínica es una sustancia que relaja el músculo, aunque fisiológicamente tenemos la idea de que paraliza, pero eso no es correcto desde el punto de vista de belleza” comentó.
Cuando se aplica esta toxina se busca un equilibrio que genere belleza. El efecto de la gravedad de la Tierra en donde más estragos ocasiones es en el rostro, el cual se ‘cuelga’ con el tiempo.
En el rostro existe un equilibrio de músculos y llega un momento en que los que ‘jalan’ hacia abajo predominan, así que con la toxina se rompe ese equilibrio negativo, se ofrece uno positivo y se consigue belleza.
Las aplicaciones de toxina son muy cómodas para el paciente y efectivas en más de un 96 por ciento cuando son aplicadas por dermatólogos, los especialistas adecuados para la realización de estos procedimientos, pues son quienes cuentan con un conocimiento profundo de la piel y de sus estructuras.
Y es que la aplicación de esta toxina es un arte, no un método estandarizado. “Cada paciente es diferente y, además, los hombres tenemos músculos distintos a los de las mujeres”.
El dermatólogo analiza la dosis y los sitios; hará que el paciente gesticule para descubrir esa dinámica de balance y, con base en eso, hallar el embellecimiento. “la toxina no es parálisis, yo diría que es movimiento en belleza”.
Aunque la mayoría de las personas acude a aplicarse toxina botulínica, rellenos o láser cuando los signos del envejecimiento ya son notorios, estos procedimientos tienen un importante efecto preventivo.
“Alguien que entre los 25 y los 35 años de edad comience con la aplicación de toxina botulínica en los sitios donde salen las arrugas —o donde por factores de herencia se van a ver estos cambios— se mantendrá por mucho más tiempo sin estas afectaciones”, explicó. El efecto preventivo está plenamente demostrado en forma científica.
Lo mismo la elevación de la punta nasal. Aplicamos en tres puntos a los lados de la nariz y en el centro. Un proceso de unos cuantos minutos y sin posoperatorio.
Los rellenos son otra técnica muy socorrida por los hombres en la actualidad. Se piden casi a la par que la toxina botulínica, pero mientras la toxina relaja el músculo y crea balance, los rellenos ofrecen volumen y contorno.
El ácido hialurónico también ha tomado fuerza en las últimas décadas, y eso es muy positivo, porque su largo tiempo de uso hace que estos procedimientos sean ampliamente conocidos y se sepa qué sí logran y qué no y con qué grado de seguridad. “Pueden ser usados con una alta confianza, pero sin bajar la guardia y estar atentos”.
Con el tiempo el rostro va perdiendo hasta hueso, así que las estructuras se van cayendo y volviendo flácidas, así que se debe reponer el volumen y volver a generar este efecto agradable.
Es aquí cuando entran en acción estos procedimientos —que además pueden ser aplicados en cualquier parte del cuerpo—, pues reestablecerán volumen, contorno, forma y tensión a la piel.
Actualmente los rellenos y el ácido hialurónico se aplican con cánulas. Esto ha mejorado en gran medida la técnica y los resultados, sobre todo porque la inflamación y los moretones son mínimos.
Si quien aplica el ácido o los rellenos no tiene conocimientos o experiencia puede depositar el líquido en una vena o en una arteria, lo que puede ocasionar necrosis y luego la pérdida de un pedazo de piel. También existen casos de personas que han perdido la vista por rellenos mal aplicados.
“Tal vez hay enfermeras que inyectan mejor que cualquier dermatólogo, pero el dermatólogo sabe dónde y, sobre todo, tiene el conocimiento adecuado para tratar cualquier complicación y evitar un daño permanente”.
Pero Atamoros no solo aconseja que sea un dermatólogo, sino que sea uno certificado y, además, que tenga experiencia, pues no todos se dedican a estos procedimientos.
Los hilos de sustentación levantan, tensa y reposicionan los tejidos. Son hilos poco más gruesos que un cabello de implantación subcutánea que se introducen mediante un pequeño orificio, así que no existe necesitar de cortar. Por lo general son usados en cara y cuello.
Un hilo puede ser colocado en un par de minutos de una manera mínimamente invasiva y el paciente saldrá del consultorio con unas cintas que deberá conservar dos o tres días con la finalidad de que los hilos no se muevan.
La tecnología estética también ofrece láser, radiofrecuencia y ultrasonido, procedimientos que generan contracción de la piel, destruyen la grasa y estiran el tejido.
Son aplicaciones cómodas en manos adecuadas, son mínimamente molestas y no tienen posoperatorio —a excepción del láser— que es de cuatro o cinco días, concluyó el Dr. Francisco Pérez Atamoro en su participación en el panel virtual ‘Todo lo que tienes que saber sobre los tratamientos estéticos para hombres’ organizado por la Fundación Mexicana de Dermatología.
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