Gajes del oficio: ¿A qué atribuye la falta de condición?
Una amiga mía, dueña de un gimnasio, estaba revisando la solicitud de ingreso de una nueva clienta en su presencia. En una pregunta...
Una amiga mía, dueña de un gimnasio, estaba revisando la solicitud de ingreso de una nueva clienta en su presencia. En la pregunta “¿A qué atribuye su falta de condición física?”, la mujer había escrito: “A unos hábitos alimentarios espantosos”.
—¿Por qué escribió usted eso? —le preguntó mi amiga, intrigada.
—Bueno… es que no sé si “horribles” se escribe con hache —respondió la mujer.
l. A. Perryman, Canadá
Una mañana estaba en el baño del cuartel militar lavándome los dientes cuando de pronto entró el capitán de mi pelotón con un cepillo de dientes en la mano. Tras acuclillarse junto a un escusado, se puso a restregar las cerdas contra el borde inferior de la taza.
—¿Qué hace? —le pregunté.
—Pienso hacerle una novatada al recluta que llegó ayer —contestó con una sonrisa maliciosa.
—¿Y no sabe que ese soldado podría enfermar con tantas bacterias que hay en el escusado? —repliqué.
Su respuesta me dejó mudo:
—Tranquilo. A ti no te pasó nada.
Jeffrey S. Carr, Estados Unidos
Mi jefe y yo nos habíamos puesto a hacer un inventario de nuestros productos. Yo le leía las cifras finales, y a medida que él las ingresaba en la calculadora, yo las iba borrando de mi dispositivo móvil. No fue sino hasta que terminamos cuando me di cuenta de que mi jefe había ingresado las cifras en el teclado del teléfono que tenía sobre su escritorio, y no en la calculadora.
David Marland, en quora.com
En una ocasión, mientras anotaba yo los datos de una mujer de 87 años que iba a ingresar al hospital donde trabajo, le pregunté:
—¿Ha cambiado usted su dieta?
—Sí. Cuando empezó la Cuaresma renuncié a la crema batida en mi gelatina, a los caramelos duros y a las dos cervezas que tomo en la noche —dijo, y en tono molesto añadió—: ¡Y mire nada más dónde acabé!
L. K., vía Internet
Trabajaba en el servicio de atención a clientes de un supermercado. Cierta vez se acercó una mujer y puso una bolsa de alimento para perro sobre el mostrador.
—Quiero devolver esto, por favor —me dijo.
—Con mucho gusto —contesté—. ¿Hubo algún problema?
—No. Es que estoy embarazada y, al parecer, más distraída que nunca… porque lo que tengo es un gato.
notalwaysright.com
Entre noticias de última hora y juntas aburridas, los reporteros aún encuentran tiempo para reflexionar.
A continuación, algunas ocurrencias que compilamos de Twitter:
• Las horas son largas y la paga mala, pero al menos todos te odian.
• Si mi computadora sigue tan lenta, este periódico va a tener que salir una vez a la semana.
• Un reportero no ha vivido hasta que le toca cubrir una competencia de tractores de arrastre.
• Mi computadora borró todos los “yo” del historial. Ha de pensar que soy muy posesivo.
• Siempre que mi día está resultando muy bueno, me doy cuenta de que es porque no he revisado mi correo últimamente.
@OHnewsroom
Soy maestra de primaria, y cierta vez, mientras daba clase a mis alumnos, tracé en el pizarrón los símbolos matemáticos de mayor que (>) y menor que (<).
—¿Alguien sabe qué significan estos símbolos? —pregunté.
Uno de los niños alzó la mano.
—¡Claro que sí, maestra! —dijo, y muy seguro de sí explicó—: Uno de ellos significa “avance rápido”, y el otro, “rebobinar”.
Peggy Horachek, Reino Unido
En cierta ocasión me tocó ser profesora adjunta de un grupo de alumnos de 14 años que acababa de regresar de un breve viaje por Italia. Cuando el maestro titular les preguntó si tenían alguna duda sobre la excursión, uno de los alumnos alzó la mano y contestó:
—Yo tengo una pregunta. ¿Por qué todas las estaciones del metro en Italia se llaman Vietato Fumare?
Después de unos segundos, el profesor respondió:
—La traducción de esas palabras es “Prohibido fumar”.
Rochelle Cohen, Reino Unido