Ambas acciones son necesarias porque cada una realiza una tarea específica en la piel. Descubre aquí la diferencia.
Con el paso del tiempo la piel pierde su capacidad para mantener el agua en el interior de sus células y en su superficie, y una piel pobremente hidratada pierde elasticidad, luminosidad y empieza a arrugarse.
Para mantenerla saludable debe mantenerse humectada e hidratada mediante ciertos hábitos y con el uso de productos especializados. Pero ¿no es lo mismo hidratar que humectar? Pues no.
La hidratación es superficial y tiene como objetivo el aporte de la cantidad de agua que la célula necesita.
La humectación, en cambio, repara a profundidad porque forma una barrera protectora que evita la evaporación del agua que contiene el tejido para que la piel conserve su humedad natural.
La epidermis se humecta con limpieza adecuada y productos especializados, mientras que a la dermis requerimos hidratarla mediante dieta equilibrada, la toma de dos litros de agua, la aplicación de sueros faciales y evitar el cigarro.
¿Sabías que la piel es el único órgano de nuestro cuerpo que podemos cuidar de afuera hacia dentro con diferentes hábitos y productos?
La humectación e hidratación están relacionadas con la estructura de nuestra piel, especialmente con dos de las capas principales de este órgano: la epidermis y la dermis.
La primera es la capa externa que tiene la función de ser la primera barrera que nos protege contra los agentes externos como el sol, bacterias, hongos, parásitos y virus.
La dermis es la capa más profunda; se encuentra bajo la epidermis. Su función es dar soporte a la capa superior, detectar la temperatura, presión, estímulos de dolor, además de que participa en la producción del pelo y la secreción de sudor.
Para que sepas más te dejamos estos datos importantes:
En esta capa podemos hablar de la búsqueda de la humectación. Seguro sabes que la mayoría de los productos cosméticos están enfocados para esta zona, tal es el caso de jabones, cremas, lociones y mascarillas.
Sus cuidados comienzan al realizar una adecuada limpieza para lo que se deben seleccionar productos que respeten el pH natural de la piel y evitar ingredientes que la rayen o la lastimen, se recomienda el uso de geles corporales que deben ser perfectamente enjuagados con abundante agua templada. Es importante que se evite el uso de agua caliente.
Para una correcta humectación se deben elegir productos formulados con ingredientes activos de origen natural de alta eficacia.
Después de la higiene diaria se recomienda la aplicación de crema sobre el rostro, luego se ejerce presión en las zonas donde se colocó el producto para que sea absorbido. ¡No olvides protector solar mayor a 30!
Esta capa, que es más interna, se puede cuidar con una alimentación equilibrada y ad hoc a nuestro estilo de vida, el consumo mínimo de dos litros de agua diarios, así como evitar el alcohol y el cigarro para mantener una hidratación adecuada.
También se pueden emplear de manera externa sueros sobre tu piel que penetran hasta la dermis. Los sueros son los únicos productos que pueden penetrar esta capa y funcionan como un suplemento nutricional por su alto concentrado de vitaminas y antioxidantes.
¡Para mantener una piel saludable hidrata y humecta tu piel! Recuerda que es nuestro órgano más grande y el que tiene el primer contacto con el medio exterior.
Fuente: Suzanne Olivier, línea de tratamientos y cremas faciales de Laboratorios Anteii.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.