Humor
Así es la vida: Cuando perdí mi rifle el ejercito…
Cuando perdí mi rifle, el Ejército me cobró 85 dólares. Creo que, por esa razón, en la Marina el capitán se hunde con el barco...
Cuando perdí mi rifle, el Ejército me cobró 85 dólares. Creo que, por esa razón, en la Marina el capitán se hunde con el barco...
Cuando perdí mi rifle, el Ejército me cobró 85 dólares. Creo que, por esa razón, en la Marina el capitán se hunde con el barco.
Dick Gregory, comediante
Mientras llenaba la solicitud de una tarjeta de crédito, una amiga mía se topó con esta pregunta: “¿Cuál es su fuente de ingresos?”. “El cajero automático”, escribió ella.
Michael McRae, Estados Unidos
Desde el inicio de nuestro matrimonio, mi esposa y yo establecimos una regla: siempre respetaríamos la privacidad del otro en el cuarto de baño. Y, a lo largo de los años, honramos ese compromiso. Bueno, hasta hace poco. Un día, estaba sentado en el escusado cuando mi esposa irrumpió en el cuarto gritando: “¡Cariño, cierra los ojos! Necesito una toalla urgentemente”.
Frank J. Petro-Roy, Estados Unidos
Hace tiempo, cuando fungí como jurado en la corte, a todos los participantes nos dieron libretas y bolígrafos para tomar notas. El segundo día del juicio noté que el sujeto que estaba sentado a mi lado había llenado un par de páginas de la libreta. Intrigado, le pregunté qué había escrito y él me mostró sus apuntes: “¡No te duermas! ¡Por favor, no te duermas!”.
Yefim M. Brood, Estados Unidos
Fui a renovar mi licencia de conducir y el Departamento de Tránsito estaba abarrotado. La fila avanzó lentamente; después de casi una hora, el hombre que iba delante de mí por fin obtuvo su permiso. Tras echarle un vistazo a su foto, le comentó al empleado:
—Estuve esperando tanto tiempo que luzco malhumorado.
El empleado miró la foto de cerca y repuso:
—No se preocupe, de todos modos así lucirá si lo detiene la policía.
gcfl.net
Hace poco, en una reunión para padres de estudiantes de bachillerato, oí a una mujer decirle a otra: “Estoy consciente de que eres una persona por derecho propio, pero ¿de quién eres mamá?”.
Adam Hrankowski, Canadá
Mi esposa sufre mucho cuando aparece un brote de rosácea en mi rostro; después de todo, tiene que verlo. Aun así, siempre se apresura a darme un beso y un abrazo sin importar lo grave que sea la erupción. Un día le dije lo bien que me hacía sentir su gesto. “No hay problema, cariño —dijo ella—. La verdad es que cierro los ojos”.
Jimmie Lyon Harris, Estados Unidos
Advertencias verídicas en algunas etiquetas:
Fuente: Center for America
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