Gajes del oficio: La sabiduría de los aviadores

La sabiduría de los aviadores

• “Nunca vueles en la misma cabina con alguien que sea menos valiente que tú”.

• “La única vez en que el avión tiene demasiado combustible es cuando se está incendiando”.

• “Los pronósticos del tiempo son como horóscopos con números”.

• “Velocidad aerodinámica, altitud e inteligencia: dos de ellas son indispensables para concluir con éxito un vuelo”.

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Por un tiempo trabajé como repartidor de periódicos, y cierta vez, cuando conseguí un cliente nuevo, me dio instrucciones de dejar el diario a la puerta de su casa. Al cabo de una semana acudí a su domicilio para cobrar por mis servicios, pero lo único que recibí fue una enérgica protesta. Según el cliente, no había dejado yo el periódico allí en toda la semana. Sumamente enojado, me retiré de ese lugar, dispuesto a averiguar quién era el ladrón.

Al día siguiente, tras arrojar el periódico a la puerta, fingí irme y me escondí detrás de un árbol, cerca de la casa de la mascota de mi cliente. Momentos después logré resolver el misterio: el perro había estado robando los diarios para echarse a dormir cómodamente sobre ellos.

Julián García, México 

Ocho colegas y yo, todos contadores, subimos al ascensor del edificio donde trabajamos y empezamos a hablar acerca de una próxima junta laboral. Un minuto después, una voz proveniente del fondo del ascensor nos interrumpió y dijo:

—Disculpen, ¿alguno de ustedes sabe cuántos contadores se necesitan para oprimir el botón para subir?

Anahita Hashemi, Australia

Soy profesora de matemáticas en una escuela secundaria, y de todos los exámenes que he corregido, las dos respuestas que me han hecho reír más son las siguientes:

“Polígono regular de seis lados: Sexágono”.

“Instrumento con el que se miden los ángulos: Transformador”.

María Luisa Román, Ciudad de México

Hace poco escuché al ex alcalde de Reading, Pensilvania, contar anécdotas graciosas sobre su cargo. Una de ellas ocurrió cuando, al estar en plena campaña de reelección, entró a un bar e invitó un trago a una mujer. Ella le agradeció el gesto, sin saber quién era, y le preguntó por qué un extraño querría pagarle un trago.

—Es que estoy postulándome para alcalde —explicó el político—, y me gustaría contar con su voto.

—¡Pues ya lo tiene! —exclamó la mujer—. Cualquiera es mejor que el imbécil que está ahora en ese puesto.

James Landis, Estados Unidos

En una ocasión pasé por un periodo de prácticas en una empresa de telemercadeo que estaba bastante desorganizada. Un día una de mis compañeras practicantes no se presentó a trabajar. Envió un e-mail explicando que alguien había accedido ilegalmente a la bandeja de correo de la computadora que usaba en la oficina, y que ya no se sentía segura trabajando en ese lugar.

El personal de la compañía no se sorprendió mucho cuando se enteró de que, al revisar la computadora de mi compañera, un técnico encontró la siguiente entrada en el historial de búsquedas del navegador de Internet: “Cómo librarse de unas prácticas de trabajo insufribles”.

Sana Fijiwala, Nueva Zelanda

Soy maestra de primaria, y cierta vez, mientras daba clase a mis alumnos, tracé en el pizarrón los símbolos matemáticos de mayor que (>) y menor que (<).

—¿Alguien sabe qué significan estos símbolos? —pregunté.

Uno de los niños alzó la mano.

—¡Claro que sí, maestra! —dijo, y muy seguro de sí explicó—: Uno de ellos significa “avance rápido”, y el otro, “rebobinar”.

Peggy Horachek, Reino Unido

En cierta ocasión me tocó ser profesora adjunta de un grupo de alumnos de 14 años que acababa de regresar de un breve viaje por Italia. Cuando el maestro titular les preguntó si tenían alguna duda sobre la excursión, uno de los alumnos alzó la mano y contestó:

—Yo tengo una pregunta. ¿Por qué todas las estaciones del metro en Italia se llaman Vietato Fumare?

Después de unos segundos, el profesor respondió:

—La traducción de esas palabras es “Prohibido fumar”.

Rochelle Cohen, Reino Unido