El regreso a clases trae consigo la vuelta a una de las rutinas más importantes (y a veces, más desafiantes) para las familias mexicanas: la preparación de la lonchera. Más que un simple refrigerio, el lunch escolar es el combustible que los niños necesitan para concentrarse en clase, tener energía para jugar y, sobre todo, para sentar las bases de una alimentación saludable para toda la vida.
Conscientes de este reto, expertos en nutrición han unido fuerzas para ofrecer a los padres herramientas y consejos. El objetivo es claro: transformar la preparación del lunch en una tarea sencilla, creativa y sostenible. Aquí te presentamos 4 ideas fundamentales para que la lonchera de tus hijos sea un éxito total.
1. El equilibrio está en las porciones adecuadas
No es lo mismo empacar un lunch para un niño de preescolar que para uno de primaria que practica deportes.
La clave: Considera la edad y el nivel de actividad de tu hijo para ajustar las cantidades. El objetivo es satisfacer su apetito y cubrir sus necesidades nutrimentales sin excesos.
La idea: Un sándwich de pan integral puede ser perfecto para un niño más grande, mientras que para uno más pequeño bastará con medio sándwich acompañado de más fruta. Escucha su apetito y ajusta según lo que regresa en la lonchera.
2. Hidratación: el combustible esencial para el cerebro
Un niño bien hidratado es un niño concentrado. La recomendación es que consuman entre cinco y ocho vasos de líquido al día.
La clave: El agua simple siempre será la mejor opción. Fomentar su consumo desde pequeños es uno de los hábitos más saludables que podemos heredarles.
La idea: Hazlo fácil y atractivo. Una botella reutilizable y colorida puede ser la aliada perfecta. También puedes complementar la hidratación con frutas jugosas como sandía o naranja, o incluso un pequeño termo con leche.
3. La variedad y el color son el secreto del éxito
Seamos honestos: la comida entra por los ojos, y para los niños, ¡aún más! Una lonchera monótona y de un solo color es una invitación a no ser comida.
La clave: Juega con los colores, las texturas y los grupos de alimentos. Incluye siempre una fruta, una verdura, un cereal integral y una fuente de proteína.
La idea: Crea “brochetas” de uvas con cubitos de queso, corta el sándwich en formas divertidas o combina palitos de zanahoria con jícama. Puedes confiar en opciones de pan, bollería y tortillas que aseguran un lunch más natural.
4. Conservación inteligente para frescura y seguridad
De nada sirve preparar un lunch delicioso si no llega en buen estado a la hora del recreo.
La clave: Utiliza contenedores herméticos que mantengan la frescura, eviten derrames y separen los alimentos para que no se mezclen sabores y texturas.
La idea: La funcionalidad no está peleada con la diversión. Recipientes diseñados para ser prácticos para los padres y atractivos para los niños convierten el momento del lunch en una experiencia segura y emocionante.
Conclusión: convierte el lunch en un acto de amor divertido
Preparar la lonchera diaria no tiene por qué ser una fuente de estrés. Con estas ideas para lunch escolar, puedes transformar esta rutina en una oportunidad para nutrir a tus hijos, enseñarles hábitos saludables y demostrarles tu cariño de una forma creativa. Recuerda que una lonchera bien pensada es una inversión directa en la salud, la energía y el rendimiento académico de tus pequeños.