¿Iguanas recién nacidas con valor para sobrevivir?
La evolución establece que la madre dará a su vástago el mejor inicio de vida que pueda. Así, la especie florece y continúa. El grado de ayuda de las madres varía de una especie a otra.
A veces, la madre provee los alimentos hasta que la cría pueda valerse por sí misma. Las tortugas, por ejemplo, no ayudan a sus hijos: lo único que hacen es poner un gran número de huevos para asegurarse de que sobrevivirán algunos. El nacimiento de una iguana también es difícil, ya que nace sin ninguna protección por parte de los padres.
La iguana común, originaria de América Central y América del Sur, necesita, como muchos otros herbívoros, de las bacterias presentes en su intestino para digerir las plantas. Este proceso consta de dos etapas. Primero, los nemátodos que se hallan en el intestino de la iguana metabolizan el alimento vegetal. Después, protozoarios unicelulares y bacterias rompen las paredes celulares de las plantas. Esto libera los nutrimentos que son absorbidos por la iguana.
Las iguanas recién nacidas no poseen estos recursos, ya que los huevos y las esporas de esos organismos se incorporan en las heces fecales del adulto. La madre deposita sus heces cerca del nido, donde sus hijos las engullen como parte de su primera comida. Después, ya pueden salir en busca de sus propios alimentos.
¿El diente mágico de las serpientes?
Los huevos de serpiente tienen un cascarón duro y correoso, y salir de él no es nada fácil. Para salir del huevo la serpiente está equipada con una herramienta especial, un diente (un colmillo, para precisar), que en la mayoría de los casos, está curvado hacia adelante a partir del centro del labio superior. Este diente por lo general es plano y muy filoso; el viborezno lo utiliza como una sierra para hacer una abertura en el cascarón del huevo. Una vez que la cría logra salir del huevo, el diente se cae.
Los cocodrilos y las tortugas no tienen este diente, pero desarrollan una especie de cuerno en la punta del hocico y lo usan para romper el cascarón del huevo. Tal como sucede con el diente de las serpientes, este cuerno se cae después de ocurrir el nacimiento.
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