La lavanda es una planta medicinal que se ha utilizado durante siglos para sus propiedades relajantes y calmantes y aunque uno de sus usos más extendidos es en forma de aceite esencial, también es posible utilizar las flores secas para preparar infusiones.
La lavanda contiene más de 150 componentes activos que son ricos en ésteres, es decir, moléculas aromáticas con propiedades antiespasmódicas, calmantes y estimulantes, por lo que se le suele usar para combatir afecciones como estrés, ansiedad e insomnio.
La infusión de lavanda es una forma sencilla y eficaz de disfrutar de estos beneficios.
Beneficios de la infusión de lavanda
La infusión de lavanda tiene una serie de beneficios para la salud, entre ellos:
- Relajación: La lavanda es un sedante natural que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
- Mejora del sueño: La lavanda puede ayudar a conciliar el sueño y mejorar la calidad del sueño.
- Alivio del dolor: La lavanda tiene propiedades analgésicas que pueden ayudar a aliviar el dolor de cabeza, el dolor muscular y el dolor de muelas.
- Mejora del estado de ánimo: La lavanda puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir la depresión.
Cómo preparar una infusión de lavanda
Para preparar una infusión de lavanda, necesitas los siguientes ingredientes:
- 1 cucharadita de flores secas de lavanda
- 1 taza de agua hirviendo
Instrucciones:
- Coloca las flores secas de lavanda en una taza.
- Vierte el agua hirviendo sobre las flores.
- Deja reposar durante 5-10 minutos.
- Cuela la infusión y disfruta.
- Toma una taza por la noche, un rato antes de ir a dormir.
Si quieres una alternativa con leche y un poco más elaborada, prueba esta leche infusionada con lavanda:
Ingredientes
- 1 taza de agua
- ½ cucharada de semillas de cáñamo crudo
- 3 cucharadas de nueces picadas
- ¼ de cucharadita de extracto puro de vainilla
- 1 pizca de sal de mar
- 1 cucharadita de flores de lavanda secas
- Miel al gusto
Preparación
- Combina el agua, las semillas de cáñamo, las nueces, la vainilla y la sal en una cacerola pequeña.
- Mezcla todo muy bien y calienta a fuego medio hasta que comiencen a formarse pequeñas burbujas y aumente el vapor.
- Retira del fuego y coloca la lavanda seca en una bolsita de té o infusor. Sumerge, cubre el recipiente y deja reposar durante 10 minutos.
- Agrega miel al gusto y disfruta esta bebida por la noche, antes de dormir.