Cuando no puedes dormir el cerebro comienza, poco a poco, a desactivar las regiones que se encargan de planificar y evaluar decisiones, por lo que se pasa a un comportamiento más impulsivo. El agotamiento lleva a mostrar un tiempo de reacción más lento y empeoran las funciones perceptivas y cognitivas.
Tras un día o dos, el cuerpo deja de metabolizar la glucosa de forma adecuada y el sistema inmune comienza a fallar. A partir del segundo día también puede haber un empeoramiento general de la memoria. Tres días sin sueño han provocado en algunos casos alucinaciones.
Entre los síntomas que se pueden presentarse por no dormir bien después de un día se encuentran:
Esto irá afectando más al individuo y con el paso de los días otros cambios notorios en el aspecto físico aparecerán: ojeras, los vasos sanguíneos en los ojos se revientan, aparece un temblor ligero en todo el cuerpo. La persona siente escalofríos y empieza a comportarse aislado. Se vuelve indiferente.
Después del cuarto día pueden llegar las alucinaciones auditivas y visuales, la persona se confunde en el tiempo y en el espacio. La hiperactividad se cambia por el cansancio extremo. La persona ya no se siente capaz de decir quién es.
Una semana sin dormir provocaría un temblor fuerte de las extremidades e incapacidad de hablar con sentido. En esta etapa la persona ya no puede realizar las tareas más básicas.
Las neuronas se volverán poco activas, el músculo cardíaco para este tiempo se desgastará y el sistema inmunológico dejará de hacer resistencia frente a los virus.
Dormir es una actividad absolutamente necesaria y básica. Mientras dormimos se llevan a cabo funciones fisiológicas imprescindibles para el equilibrio psíquico y físico de los individuos.
Soñar es el mecanismo que emplea el cerebro para captar el sentido de los acontecimientos del día y desechar la información inútil.
La deficiencia de la hormona del crecimiento en adultos se asocia con problemas metabólicos, como aumento de la grasa corporal, perfiles lípídicos alterados en sangre, disminución de la capacidad de ejercicio, de la densidad mineral ósea y de la sensibilidad a la insulina.
La necesidad de sueño cambia en cada persona, de acuerdo con la edad, estado de salud, estado emocional y otros factores. El tiempo ideal de sueño es aquel que nos permita realizar las actividades diarias con normalidad.
El sueño en las personas mayores es distinto al del adulto, no duerme menos, sino que su sueño cambia. El sueño se hace más ligero, son más frecuentes los despertares nocturnos y hay un incremento de la tendencia al sueño durante el día.
Dormir es un medicamento milagroso y está bajo nuestro control. Te hace sentir mejor, aumenta tu estado de ánimo. Además, tener un sueño adecuado es parte clave de un estilo de vida saludable y puede ser beneficioso para el corazón, la mente y nuestro peso.
Entre las funciones más destacadas del sueño podemos señalar:
El dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor. Por esto descansar bien es fundamental para la salud.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
La salud neurológica es una preocupación creciente en todo el mundo, con un notable aumento…
El sueño es un proceso biológico fundamental para la salud física y mental. Cuando este…
Aunque puede ser difícil de describir, este síntoma suele ser la señal de que algo…
Un microbioma intestinal saludable podría ayudar a las personas con EII, pero ¿deberían los probióticos…
Aprende consejos prácticos y encuentra 15 ideas fáciles para mantenerte en el camino hacia una…
Esta web usa cookies.