Interpretar al galán nunca ha sido suficiente para Richard Gere
Ya sea como un donjuán en Gigoló americano o como un millonario con ansias de amor en Mujer bonita, Richard Gere ha hecho muchas veces de seductor en la pantalla grande.
Ya sea como un donjuán en Gigoló americano o como un millonario con ansias de amor en Mujer bonita, Richard Gere ha hecho muchas veces de seductor en la pantalla grande. Pero también ha representado muchos papeles serios, como el de un hombre bipolar en Mr. Jones. En su última película, La Cena, Gere, de 67 años, personifica a un ambicioso político que tiene problemas familiares.
Ambos son igualmente satisfactorios, aunque por razones distintas. Tengo dos agendas, una para mis trabajos como actor y la otra para mis actividades políticas. Pero eso no me hizo olvidar que tenía una cita esta mañana. Alguien llamó a mi puerta para recordarme que debía asistir a una reunión sobre el Tíbet.
Hablamos prácticamente sobre todo. Al Dalai Lama le interesa saber lo que sucede en el mundo, de manera que habla con personas de opiniones muy diferentes. Su curiosidad no tiene límite, al igual que su capacidad de crear una filosofía positiva para este planeta.
Me sentía un poco frustrado por las otras fundaciones públicas. Ahora podemos ayudar a la gente de una forma mucho más directa. Si bien estamos concentrados en el Tíbet, también dedicamos esfuerzos a problemas sobre derechos humanos y civiles más generales.
La familia es muy importante para mí. Tengo tres hermanas y un hermano. Mi madre falleció el año pasado, y mi padre acaba de cumplir 94 años. Tenemos todos una relación muy estrecha. Hablamos todo el tiempo y nos apoyamos.
A veces me doy cuenta de lo extraordinario que es esto. Abundan las familias cuyos miembros nunca se hablan ni se ayudan. He escuchado historias terribles de hermanos que no se han dirigido la palabra en años, de padres a los que han despojado de todos sus bienes y sobre hijos desheredados. Así que me considero particularmente afortunado por contar con un sistema de apoyo emocional tan cercano.
Hace años decidí que nunca estaría a más de una hora de viaje de donde estuviera mi hijo. Por eso en los últimos seis años sólo he hecho películas producidas en Nueva York o en Filadelfia. La única excepción fue El Exótico Hotel Marigold 2, que se filmó en la India, pero allí limité mi tiempo en el set a tres semanas.
Era el apellido de soltera de mi mamá, Doris Tiffany. ¡Así que nada tiene que ver con la joyería ni con la película Desayuno en Tiffany’s!