¿Lo Sabías?

Invalidación emocional: un abuso que no debes tolerar

La invalidación emocional ocurre cuando se desestiman, rechazan o ignoran los sentimientos y emociones de una persona. Es decir, se le dice a alguien que lo que siente no es adecuado, no tiene valor o está fuera de lugar. Es una forma de violencia psicológica que a menudo pasa desapercibida.

A menudo, la invalidación emocional se realiza “con buenas intenciones”. Por ejemplo, cuando alguien expresa tristeza y los demás le transmiten que el motivo de su tristeza “quizás no vale la pena” o “es una tontería”. O simplemente cuando se le pide que no piense en ello o que lo deje pasar.

En muchos casos, estas palabras se dicen con la intención de hacer sentir mejor a la otra persona, pero en la práctica tienen el efecto contrario. Minimizar los sentimientos y emociones de los demás solo beneficia a aquellos que no están dispuestos a escuchar o que no quieren incomodarse con los problemas de los demás. A continuación, hablaremos de tres formas de invalidación emocional que no deben ser toleradas.

1. Negar el derecho a sentir

La negación del derecho a sentir es una de las formas más comunes de invalidación emocional. Esto se refiere a los ejemplos mencionados anteriormente, situaciones en las que se utilizan frases como “no vale la pena que pienses en eso”, “deberías agradecer que no fue peor” o “he pasado por cosas mucho más graves”, entre otras.

Aunque estos mensajes aparentemente buscan transmitir tranquilidad, en realidad implican una forma de decirle a la persona para que no sienta lo que está sintiendo. Como si su experiencia subjetiva no fuera lo suficientemente válida. Se menosprecian implícitamente sus sentimientos y emociones. Además, este tipo de afirmaciones reflejan la pretensión de ejercer superioridad sobre la otra persona.

Nadie en el mundo tiene el derecho de opinar sobre la importancia de tus sentimientos. Tampoco pueden comparar tus experiencias con las suyas. Pues estás en todo tu derecho de experimentar cualquier sentimiento o emoción, ya que es una expresión de tu singularidad. Recuersa que cada persona es única.

2. Juzgar al otro por lo que siente

Esto hace referencia a las situaciones en las que se extrae una conclusión arbitraria sobre una persona, a partir de uno de sus estados de ánimo, o de sus sentimientos o emociones.

Por ejemplo, cuando alguien expresa que siente timidez y otro le responde “no inventes o no seas tonto” eso es absurdo. O en aquellos casos en los que una persona se siente mal por lo que otro le dice o le hace y recibe juicios como “eres demasiado sensible”. También cuando alguien se muestra muy preocupado y se le dice “te tomas todo demasiado a pecho” relájate.

¿Quién es el otro para juzgar lo que sientes? Nadie ha vivido tu existencia, ni puede saber cómo debes reaccionar frente a una situación determinada. Hay una vieja frase que dice: “no juzgues mi camino, si no has estado en mis zapatos“.

3. Expresar rechazo hacia los estados afectivos

Y por último está el rechazo a los estados afectivos de alguien, esto también es una forma de invalidación emocional que resulta intolerable. Ocurre cuando alguien expresa una opinión negativa o estigmatiza a alguien por lo que siente. Es una forma de violencia psicológica directa, cuyo objetivo es imponer una determinada visión del mundo: la de quien opina.

Un ejemplo de esto se produce cuando alguien dice: “solo los tontos se enamoran”. O expresiones como: “los hombres no lloran”. En estos casos, y en otros, se asocia un determinado sentimiento, o expresión del mismo, con una generalización negativa que descalifica.

El rechazo a los estados afectivos suele corresponder a un prejuicio. El problema no es de quien experimenta esos estados, sino de quienes los califican de forma negativa, a partir de ideas preconcebidas o creencias carentes de fundamento.

Conclusión

La invalidación emocional es un tipo de abuso que de ninguna forma debemos tolerar. Cada persona tiene todo el derecho a experimentar cualquier tipo de sentimiento sin ser ridiculizada por ello. Hablamos de una premisa innegociable.

Con información de la Mente es Maravillosa

Lilo

Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.

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