Fue un domingo 14 de marzo de 2010, cuando Elena Poniatowska publicara una muy profunda entrevista en su columna dentro del diario La Jornada realizada al artista José Luis Cuevas.
A través de una amena entrevista, descubrimos la personalidad de Cuevas, por momentos irónica, por momentos sarcástica, y definitivamente, con una gentileza que lo caracterizó en vida.
Selecciones México rinde homenaje con un extracto de esta entrevista realizada por Elena Poniatowska.
“¿Y tu cajón de muerto, cómo lo quieres? –inquiero, para que no abandone el tema de la necrofilia.-Poniatowska
–Sería completamente imposible para mí pensar en un ataúd de gran lujo, cuando el museo va a gastar tanto en los anuncios del periódico. -José Luis Cuevas
Quiero que el último gasto sea para anunciar en grande mi muerte. Oye, Elena, ¿sabías que los periódicos tienen ya escrito el obituario de muchos personajes para que no los agarren desprevenidos? ¿Crees que La Jornada me permitiera leer el mío para remediar omisiones? Tengo el presentimiento de que este año va a ser el de mi fallecimiento y voy a estar muy bien acompañado, porque también sé los nombres de otros que van a morir en 2010, pero no voy a dar nombres, aunque los tengo anotados en mi libretita negra y secreta. Si la abres, vas a llevarte algunas sorpresas, porque tengo a varios que jamás imaginarías. -José Luis Cuevas
–¿Y quiénes quieres que vayan a tu entierro? -Poniatowska
–Ten en cuenta que soy el único mexicano que se ha casado debajo del monumento a la Revolución con el rito náhuatl.
“Me casé por primera vez a los 15 años, cuando me parecía a James Dean, con una gringa que después me buscó: ‘I hear you have become a celebrity’, pero no tengo el acta de matrimonio. Desde entonces me caso y me caso y me vuelvo a casar. Con Carmen Beatriz me casé 38 veces, la primera vez en Xelha, con el rito maya. Por tanto, quiero que vayan muchas mujeres quedadas y casaderas, que lloren a grito pelón para que las oigan todos los reporteros, las retraten los fotógrafos, cronistas, voceros, comunicadores, analistas, candidatos a la Presidencia, merolicos, cilindreros, presidentes de la República, presidentes municipales…
–Lo primero que dijiste en casa de los Sacal, cuando el representante de la delegación Álvaro Obregón te anunció que le iban a poner tu nombre a la calle Fresnos, en la que vives, fue: ¿Y por qué no el Paseo de la Reforma?
–En realidad eso lo dijo Marcelo Ebrard en una comida en mi museo, porque yo le sugerí:
Oye, ¿por qué no le ponen mi nombre a una calle?
Respondió muy serio: Me parece una buena idea. ¿Qué calle te gustaría? No me vayas a pedir el Paseo de la Reforma, porque eso sí es imposible. Ni Insurgentes ni Paseo de la Reforma
. No, Marcelo, a mí la que me interesa es Fresnos, porque hace esquina con Diego Rivera, que es más bien pequeña, y la mía será más grande que la de Diego Rivera.
–José Luis Cuevas
FUENTE: La Jornada
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