Kubo y la búsqueda del samurái
Es una película inspiradora, hermosa y seductora, que no evita mostrar las durezas de la vida. Kubo and the Two Strings es la cuarta película del estudio de animación stop motion, Laika, los creadores...
Es una película inspiradora, hermosa y seductora, que no evita mostrar las durezas de la vida.
Kubo and the Two Strings es la cuarta película del estudio de animación stop motion, Laika, los creadores de Coraline, ParaNorman y Los Boxtrolls.
“Si tienes que parpadear, hazlo ahora. Pon atención a todo lo que veas…” son las primeras palabras que se escuchan en la película. Éstas hacen referencia a una parte de la historia que conoceremos más adelante, pero más que eso, son las palabras precisas para describir el sentimiento con el que te quedas cuando acaba y lo que, sin duda, le dirías a quien la viera después de ti: esta película es un deleite visual y emocional profundo. Por favor, no te pierdas ningún detalle.
Kubo y la búsqueda samurái es la cuarta película del estudio de animación y maestros del stop motion, Laika, después de Coraline y la puerta secreta (2009), ParaNorman (2012) y Los Boxtrolls (2014). Es la primera película dirigida por el CEO de la compañía, Travis Knight, que se destaca por seguir recurriendo a una técnica de animación vieja junto con la inclusión de las impresoras 3D… Y BRILLA.
Kubo es un niño que perdió un ojo cuando nació y vive con su madre en un acantilado alto sobre el mar, en un Japón ficticio. El pequeño tiene un talento mágico para relatar historias de héroes y batallas a través de su música y con figuras de origami que cobran vida. Todos los días baja al pueblo para compartirlas con los habitantes que lo adoran. Al mismo tiempo que somos testigos de esta alegría que Kubo brinda al pueblo, también presenciamos la tristeza y vacío que atormentan a su madre día con día.
Una tarde que Kubo no regresa temprano a su hogar, dos villanas enmascaradas aparecen en el pueblo con la intención de robarle el ojo que le queda. En su huida y aventura para descubrir los misterios de su pasado y evitar que lo atrapen, Kubo se alía con una mono que habla y un escarabajo gigante.
Un amor incondicional, la inocencia, la traición de la familia, la valentía, la pérdida… La cinta animada trata muchos temas aptos para niños, pero también toca muchos puntos crudos y duros de la realidad, que incluso nos hacen cuestionar si en realidad es apta para todo público. Y ésta es una de sus primeras grandezas, que finalmente la película apuesta por invitar a toda la familia a verla, y a darle crédito a los niños de estar a la altura para disfrutar y abrirse a otras cintas con temas más centrados en la realidad, pero sin perder la magia de la fantasía. Eso sí, hay un par de personajes que pueden llegar a ser un poco aterradores. La cinta retoma el tono de la primera película del estudio, Coraline.
Todos estos temas, que van apareciendo a lo largo de la historia, son fáciles de querer ver y atraen tu atención por la manera en que los presentan: el stop motion. Los colores, las formas, los detalles de cada escenario y personajes te sacuden de un lado a otro: primero porque te seducen tanto con la animación que te olvidas de que es stop motion y cuando te acuerdas de que lo es, te maravillas de la belleza que el humano puede lograr.
El score de Dario Marinelli acompaña esta parte visual con tonalidades japonesas para sumergirte más en este mundo y con temas recurrentes para que, incluso cerrando los ojos, puedas distinguir la presencia de los personajes sin verlos.
Kubo y la búsqueda samurái es una película dura, melancólica, atípica. También es una película inspiradora, hermosa y seductora, que no evita mostrar las durezas de la vida, y te recuerda que al mismo tiempo están las pequeñas y grandes cosas mágicas que no hay que dejar de buscar y admirar.