Todas las experiencias y conocimiento que los bebés aprenden las adquieren a través de su entorno, sin embargo, existen diversas acciones cotidianas y “simples” que como padres o cuidadores hacemos a diario y que tal vez no nos percatamos del impacto que tiene en el desarrollo, como lo puede ser la forma en que se carga a los bebés o se les mueve.
Desde que nacen y hasta aproximadamente el año y medio de vida, los bebés pasan por 4 fases en las que adquieren diferentes habilidades y se enfocan en explorar, conocer y aprender; sin embargo, en gran medida están condicionados por la motricidad y el apoyo que como adultos les podamos dar.
Especialistas en fisioterapia consultados por Chicco, marca italiana de productos infantiles, indican que, durante el primer año de vida, los bebés pasan por un proceso de readaptación, es decir, descubren las nuevas condiciones fuera del útero y aprenden a “manejar” libre e independiente de su cuerpo y nuestro apoyo y guía resulta fundamental.
Durante esta etapa se desarrollan nuevas habilidades que involucran, principalmente el control de la mitad superior del cuerpo, en especial la cabeza, primer “centro funcional” de las habilidades intelectuales, visuales y de interacción relacional. Es aquí donde se debe tener mayor cuidado en el manejo del cuerpo del pequeño, por ejemplo:
Esta fase está marcada por la capacidad de sentarse de forma autónoma, la transición de una posición a otra y el manejo del movimiento horizontal, torpemente al principio (arrastrar) y luego con movimientos cada vez más organizados (gatear, moverse en una posición sentada, etc.).
A esta edad, el bebé pasa mucho tiempo en posición semirreclinada ya que le gusta mirar a su alrededor, producir sonidos y patear. Por ello, es importante prestar especial atención a su bienestar físico y postural en esta posición.
Notarás que la parte motora de tu pequeño no necesita tanta contención como antes, ya que tiene un mejor control sobre sí mismo; sin embargo, todavía necesita apoyo para la parte inferior del torso cuando está en posición vertical o semivertical (sostenido en los brazos o en una cuna/cochecito reclinado).
En esta etapa estará más dispuesto a pasar tiempo “boca abajo” y para fomentarlo de forma correcta puedes practicar los siguiente:
Existen dos riesgos de suma importancia que están ligados a su postura y que como padres o cuidadores podemos prevenir y evitar problemas en el desarrollo: la plagiocefalia, que es el “síndrome de la cabeza plana”, es decir, la deformación de una parte de la cabeza por aplanamiento causado por permanecer en la misma posición durante un período prolongado de tiempo y otro riesgo es el reflujo.
Si el bebé sufre de reflujo, es necesario mantenerlo en posición vertical durante unos 20-30 minutos después de las comidas y dejando la cabeza libre para girar.
Los cuidados para tu bebé nunca terminan y es importante conocer cómo debemos avanzar junto con su desarrollo, de modo que le brindemos la mejor experiencia y seguridad durante su infancia. Ahora conoce que tan inteligentes pueden ser los bebés.
Descubre por qué no debes quedarte sentado más de lo necesario.
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