En Navidad, pocos aromas despiertan tantos recuerdos como el del panettone recién horneado. Su miga esponjosa, su sabor delicado y su altura imponente lo han convertido en un infaltable de las mesas decembrinas en México y el mundo. Pero más allá de su origen italiano y su fama festiva, este pan dulce es también un ejemplo fascinante de ciencia aplicada a la cocina.
Desde la fermentación hasta el horneado —e incluso el curioso paso de colgarlo boca abajo—, el panettone es una verdadera obra maestra de la química, la física y la microbiología de los alimentos.
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¿Qué es realmente un panettone?
Aunque muchos lo describen como un brioche gigante, el panettone es mucho más complejo. Se trata de un pan fermentado elaborado con harina de fuerza, masa madre, mantequilla, yema de huevo y azúcar, que requiere fermentaciones largas y controladas para lograr su textura aireada y su sabor característico.
Su estructura interna está formada por:
- Redes de gluten (proteína del trigo)
- Almidones hidratados
- Burbujas de gas producidas por levaduras
- Aromas generados durante la fermentación y el horneado
Todo esto se combina para crear una miga ligera, elástica y llena de alveolos.
Más gluten, más volumen: el secreto de su esponjosidad
El primer paso clave es la preparación de una masa prefermentada. Aquí entra en juego la harina de fuerza, rica en proteínas capaces de formar gluten. Esta red funciona como un andamio elástico que atrapa el dióxido de carbono producido por la fermentación y permite que el pan crezca sin colapsar.
Por eso, reproducir un panettone sin gluten es tan complicado: sin esa red proteica, el volumen y la textura se ven seriamente afectados.
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Fermentación: donde nace el sabor
La fermentación ocurre gracias a la acción de levaduras y bacterias presentes en la masa madre o la levadura de panadería. Estos microorganismos:
- Transforman los azúcares en gas (CO₂)
- Producen compuestos aromáticos
- Mejoran la textura de la masa
Las fermentaciones largas no solo inflan la masa, también desarrollan sabores más complejos, ligeramente ácidos y profundamente aromáticos.
Amasado, reposos y ciencia en movimiento
Durante el amasado, las proteínas del trigo se alinean y fortalecen, mientras el almidón se hidrata. Este proceso físico-químico es fundamental para que la masa sea flexible, resistente y capaz de crecer sin romperse.
Tras una primera fermentación, se incorporan ingredientes como:
- Sal
- Vainilla
- Fruta confitada, pasas o chocolate
Luego, la masa vuelve a fermentar hasta duplicar su volumen, señal de que la estructura interna está lista para el horneado.
El horneado: cuando ocurre la magia (científica)
En el horno, a unos 180 °C, se producen varias transformaciones clave:
- Reacción de Maillard, responsable del color dorado y los aromas tostados
- Caramelización de azúcares
- Desnaturalización de proteínas
- Fijación definitiva de la miga
El resultado es una estructura estable, ligera y esponjosa.
¿Por qué el panettone se enfría boca abajo?
Este paso sorprende a muchos, pero tiene una explicación científica clara. Al salir del horno, la miga aún es frágil. Si se deja enfriar de pie, el peso puede hacer que colapse.
Al voltearlo boca abajo, se evita que se hunda mientras el almidón se reorganiza (proceso conocido como retrogradación), fijando la estructura final.
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Un postre, mucha ciencia y tradición
Detrás de cada rebanada de panettone hay siglos de tradición y una sorprendente base científica. Entender cómo funciona no solo aumenta el disfrute, también nos recuerda que la cocina es una forma deliciosa de ciencia cotidiana.
Y sí, después de conocer todo lo que ocurre en su interior, disfrutarlo en familia sabe todavía mejor.