La crisis del drenaje en la CDMX: un sistema obsoleto al límite
Descubre por qué un sistema obsoleto causa inundaciones y qué soluciones se necesitan.
Las recientes lluvias en la Ciudad de México y otros estados de la República han puesto en evidencia una cruda realidad: el sistema de drenaje de la capital está al borde del colapso. Expertos y legisladores coinciden en que la falta de inversión, el mantenimiento deficiente y una infraestructura de más de 50 años de antigüedad han convertido un problema recurrente en una crisis del drenaje en la CDMX que amenaza con consecuencias inimaginables.
Mientras ciudades como Tokio han implementado sistemas de ingeniería avanzados para gestionar el agua de lluvia, la capital mexicana enfrenta un desafío monumental que requiere atención urgente, una planificación estratégica y una inversión sin precedentes.
Según expertos como Juan Alberto Nochebuena, el sistema de drenaje profundo de la CDMX, inaugurado en 1975, ha superado con creces su vida útil. Con una capacidad que ha disminuido drásticamente (de 280 m/s a 165 m/s), el sistema actual simplemente no es suficiente para atender a una población de más de 20 millones de habitantes.
La advertencia es clara y urgente: un mes sin el funcionamiento del drenaje profundo podría ser una “catástrofe inimaginable” para la ciudad. Políticos de diversas bancadas, como Movimiento Ciudadano y el PAN, han alzado la voz denunciando que la falta de inversión ha llevado al sistema a un estado de deterioro y negligencia que hoy se refleja en las alarmantes inundaciones en la CDMX y en los colapsos que afectan a miles de familias.
La problemática del drenaje CDMX es multifactorial y se agrava con el paso del tiempo. Entre las principales causas destacan:
El Sistema de desagüe externo del área metropolitana de Tokio, mejor conocido como “Plan G-Cans”, es una obra de ingeniería hidráulica monumental construida entre 1992 y 2006 con una inversión de 2.500 millones de euros. No es solo un sistema de desagüe, sino una infraestructura de prevención de desastres diseñada para proteger la ciudad de las inundaciones provocadas por fuertes lluvias.
Su funcionamiento es una maravilla de la tecnología y el diseño:
Este sistema ha demostrado ser extraordinariamente efectivo, reduciendo los daños por inundaciones en un 80% y protegiendo a 13 millones de residentes. Su existencia no solo resalta la ingeniería de vanguardia, sino también una visión a largo plazo y una inversión estratégica para la seguridad de la población.
Expertos y políticos coinciden en que la situación es crítica, pero no irreversible. Las propuestas para abordar la crisis del drenaje son variadas y necesarias:
El drenaje de la CDMX es un desafío de décadas que exige un cambio de enfoque, pasando del paliativo a una visión de futuro. La implementación de estas soluciones no solo mitigaría el problema de las inundaciones, sino que también aseguraría la supervivencia de la ciudad frente a los desafíos climáticos. La decisión de invertir en una infraestructura moderna y funcional está en manos de las autoridades y es una urgencia que no puede esperar.
Viendo el desafío que enfrenta la Ciudad de México con su drenaje obsoleto y las soluciones de vanguardia como el plan G-Cans de Japón, es inevitable preguntarse: ¿crees que la Ciudad de México algún día pueda desarrollar y financiar una infraestructura similar para resolver de forma definitiva sus problemas de inundaciones?