Cuando se estaba decidiendo la posibilidad de redefinir el concepto, el Rey Louis XVI en Francia, decidió crear una definición oficial del kilo para detener las prácticas de los comerciantes de engañar a sus clientes cuando pesaban bienes. Esa primera medida equivalía a un litro de agua congelada a cero grados Celsius.
En 1795, las autoridades francesas decidieron que el gramo equivalía a un pequeño cubito de hielo a 4 grados Celsius.
Finalmente, y como la medida no era para nada exacta, en 1799 se decidió crear el famoso cilindro de platino e iridio, apodado como el gran K, para definir al kilogramo. En 1875, 17 países firmaron un acuerdo para estandarizar su sistema de medidas.
Desde entonces, la gran K se guardaba en una cámara acorazada de París. Si bien los países asociados podían solicitar copias del cilindro, las básculas se ajustaban siempre sobre la medida del real. Sin embargo, con el paso del tiempo las mediciones de alta presión del cilindro revelaron que su masa no era exactamente la misma.
Aunque no están claras, se apuntan como posibilidades que el metal haya absorbido moléculas del aire microscópicos, o que las propias limpiezas periódicas a las que ha estado sometido, incluso un pequeño rasguño, hayan influido en el cambio.
Durante 130 años, el cilindro con 90% de platino y 10% de iridio ha servido como prototipo internacional del kilogramo. Eso significa que fue el único objeto físico por el cual se midieron todos los otros kilogramos en todo el planeta.
El cambio se produce porque la Oficina Internacional de Pesos y Medidas quiere asegurarse de que no dependa de algo que pueda cambiar con el tiempo.
Al igual que la velocidad de la luz, el valor de la constante de Planck no puede fluctuar: está construido con una precisión exquisita en el tejido mismo del universo.
Sea como fuera, el kilo ya no era el mismo kilo original, había perdido a lo largo de su vida útil 50 microgramos de masa.
Esta es la razón por la que hoy el kilogramo pasa a redefinirse, no por otro objeto, sino por una propiedad fundamental de la naturaleza conocida como la constante de Planck, la cual se mide en julios por segundo.
Fuente Gizmodo
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