Con 75 votos a favor y una abstención, el Senado de la República aprobó una reforma a la Ley General de Salud que establece que las personas mayores de edad, en automático, tendrán que donar sus órganos en caso de que se les declare la muerte y estos puedan ser utilizados. A menos de que en vida hayan dejado voluntad expresa de no ser donadores.
“El escrito por el que la persona exprese no ser donador, podrá ser privado o público, y deberá estar firmado por éste, o bien, la negativa expresa podrá constar en alguno de los documentos públicos, o medios electrónicos, que para este propósito determine la Secretaria de Salud, en coordinación con otras autoridades competentes”, se añade.
El documento no será válido si se emitió por parte de menores de edad, personas incapaces o aquellas que por cualquier circunstancia se encuentren impedidas para expresarlo libremente.
El proceso de donación inicia al informar el fallecimiento directamente a los familiares. El Centro Nacional de Trasplantes tendrá que garantizar que los familiares no se conozcan, es decir, el receptor del trasplante y su familia no deberán conocer sobre el donante, ni los parientes del donante deberán conocer al receptor.
Con respecto a los tejidos
Según estimaciones de la OMS, el órgano con más demanda en México es el riñón, donde casi 9,000 personas están en lista de espera por uno. Desde 1960 se han trasplantado aproximadamente más de 43,000 en el país. En el Hospital Juárez se cuenta con un programa para trasplantar córnea, hígado, riñón y médula ósea, desde 1990.
Cuando estás enfermo o tienes una lesión y eres hospitalizado, la única y verdadera prioridad es salvar tu vida. Solo después de que todos los métodos para salvarte la vida han fallado, la donación se convierte en una posibilidad.
La donación de órganos se rige por principios de altruismo, ausencia de ánimo de lucro y confidencialidad, por lo que su obtención y utilización serán estrictamente a título gratuito.
Generalmente, los donantes de órganos, tejidos y córneas pueden ser velados en un funeral con ataúd abierto. Durante todo el proceso de donación, el cuerpo recibe un tratamiento de cuidado, respeto y dignidad.
En México está penado el tráfico de órganos y existen varias instancias que colaboran para supervisar las actividades en donación y trasplantes como el Centro Nacional de Trasplantes, la COFEPRIS y PGR.
La mayoría de los donantes de órganos fallecidos son pacientes a los que se les declaró muerte cerebral. Pero la muerte cerebral NO es lo mismo que un estado de coma.
Las personas pueden recuperarse de un coma, pero no de la muerte cerebral. La muerte cerebral es irreversible.
Falso, todos los donadores se someten a pruebas rigurosas asegurando que no exista riesgo sanitario, por lo que se llevan a cabo pruebas específicas de laboratorio para descartar hepatitis B, o C, VIH, herpes, citomegalovirus o alguna enfermedad infectocontagiosa.
No todas las personas serían consideradas como donantes, existen enfermedades que inutilizan los tejidos de los órganos con posibilidad de ser trasplantados. La mayoría de las defunciones ocurren precisamente por complicaciones de salud.
Esta ley requerirá de mayor inversión y recursos, quirófanos, infraestructura y capacitación, pues no en todos los hospitales se tiene la capacidad de hacer este tipo de cirugías.
El acto de la donación de órganos y tejidos de personas sanas, que podrían fallecer en accidentes, que permitan el uso de sus partes, es cada vez más vital, los avances tecnológicos no van a tiempo con la cantidad de donantes.
A pesar de los beneficios de salud para los pacientes y la relación costo-beneficio ventajosa para los sistemas asistenciales, los países siguen sin obtener suficientes órganos para ayudar a los enfermos que tanto los necesitan. Por ello, en muchos países la diálisis sigue siendo la forma principal de tratamiento de la insuficiencia renal.
Para muchas personas un trasplante representa la única oportunidad de continuar con vida, desafortunadamente el número de donaciones es insuficiente y cada año miles de niños, jóvenes y adultos mueren en espera de un trasplante.
De acuerdo con el sector salud, al fallecer todas las personas son posibles donadores de órganos y tejidos, aunque siempre se solicita la autorización al familiar para la donación en caso de muerte.
Para convertirse en donador, se solicita una tarjeta de donador voluntario de órganos y tejidos en la Coordinación de Trasplantes del Hospital, y sólo se especifica los órganos que está dispuesto a donar.
¿Te gustaría donar tus órganos? ¿Qué opinas acerca de esta reforma?
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