La falta de contacto e interacción social y de relaciones interpersonales por la pandemia podrían tener efectos colaterales en la salud mental de niños y adolescentes, quienes se encuentran en una etapa de psicodesarrollo, aprendizaje y de madurez, explica la Dra. Dení Salazar, psicóloga y académica de la Universidad del Valle de México.
En la niñez y en la adolescencia diversas funciones mentales aún no alcanzan plena madurez; además, son etapas en las que las relaciones sociales fortalecen el aprendizaje.
Existen funciones ejecutivas que se desarrollan en esos periodos y podrían verse impactadas negativamente ante la falta de estimulación social, como la pérdida de identidad y autonomía en la era Covid.
Las funciones ejecutivas son habilidades que ayudan a los niños a desarrollar autocontrol y que tienen que ver con planeación, organización, inhibición de impulsos, toma de decisiones, atención sostenida, entre otras.
La asistencia a la escuela no solo ayuda a niños y adolescentes en su formación académica. El ambiente, la interacción con sus pares, con sus profesores, crea valores y principios, el poder “ser” en comparación del otro.
Por lo tanto, esa falta de interacción interpersonal durante el confinamiento tendrá consecuencia en dichas funciones ejecutivas que forman parte de la madurez.
También se están alterando los ciclos vitales, entre ellos el sueño vigilia, es decir, duermen muy tarde y como consecuencia se despiertan tarde, lo que afecta la alimentación, ya que esta se recorre y no se toman los tres alimentos del día en el periodo adecuado.
Un lapso prolongado de ayuno altera todo el sistema, sueño, alimentación, sistemas de alerta, hipersensibilidad y, todo ello, afectará de manera general la salud de los individuos.
Ante esta situación la psicóloga Dení Salazar explicó que para resolver la falta de relaciones interpersonales es recomendable que los niños y adolescentes tengan actividades de lectura y narrativa.
“La lectura es muy importante porque sirve para transportarse, para utilizar la fantasía, la imaginación, incluso ponerse en los zapatos de algún personaje y esto permite hacer ese contraste, si bien no es una relación interpersonal como tal, esta actividad permite distinguir entre una persona y otra, entre un personaje y otro, entre cómo lo haría yo, qué le diría yo” indicó.
Recomendó que, desde lo instrumental, se adopten conductas de disciplina y hábitos saludables como realizar rutinas de actividades de la vida diaria, respetando horarios, higiene del sueño para no alterar ciclos vitales, realizar ejercicio e incluir actividades creativas como cine debate, por ejemplo. Estos son 5 errores de crianza durante la pandemia.
Puntualizó que tener espacio para hacer ejercicio es indispensable, ya que el oxígeno que se genera al ejercitarse provee de neurotransmisores y hormonas en el cerebro que permite estar saludable y tener un equilibrio.
Respecto al ciclo del sueño, insistió en la importancia de supervisar la hora de dormir, establecer límites en el horario de dormir y tener una hora para el juego, respecto a los videojuegos es importante que se regule y haya un equilibrio.
Desde lo emocional, sugiere validar las emociones como miedo, enojo, tristeza, alegría, incertidumbre, como naturales en esta pandemia, y regularlas a través de expresarlas, analizarlas, realizar ejercicios de relajación, meditación, acercarse a sus valores y a todo lo que le da valor a su existencia.
Por otro lado, es imprescindible tener un canal de comunicación abierta, es muy importante que haya la suficiente confianza para que en casa se pueda hablar sin juicios de valor, sanciones, y que haya respeto, solidaridad y lealtad.
“En todo momento es importante aproximarse a los valores, de las cosas que hemos aprendido en esta pandemia es valorar que podemos vivir con menos”, dijo.
La especialista señaló que la pandemia, también ha dejado factores de protección, una parte de la población ha desarrollado habilidades y competencias, entre ellas, tolerancia a la frustración, esperar a la demora, esperar la recompensa o controlar impulsos, este puede ser un balance entre factores de protección y factores de riesgo.
“Muy importante concebir la salud de forma integral, es decir, no hay salud física sin salud mental y viceversa, por lo que no debemos separarlas, sino que trabajarlas en conjunto” concluyó.
La académica consideró que no solo para niños y adolescentes, sino para toda la población, es importante pensar en recursos para mantener una buena salud mental en el contexto de esta pandemia, para evitar desarrollar trastornos como ansiedad, depresión y enfermedades psicosomáticas, que se originan por el estrés crónico. Entre ellas, se pueden enlistar dolor de cabeza, colitis nerviosa, gastritis, salpullido e incluso síntomas parecidos a los del Covid-19.
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