En una encuesta de prevención de enfermedades, los genes poco favorables no fueron la principal causa de las enfermedades crónicas. Tampoco fue el colesterol elevado. Fue algo que mucha gente considera relativamente inofensivo: la hipertensión.
Existe una razón por la que con frecuencia a la hipertensión se le llama “la asesina silenciosa”. Por fortuna, es un problema que según muchos médicos puede eliminarse por completo. Si tienes hipertensión y no has hecho nada para solucionarla, este es el momento.
Un factor que también tiene más importancia que los genes y el colesterol elevado es algo que puede encontrar con tan sólo mirar hacia abajo: la grasa intraabdominal.
Es el tipo de grasa que se encuentra en las profundidades del abdomen, como una especie de colchón entre los órganos internos, y es la causante de muchas dolencias, desde la diabetes hasta los ataques cardíacos. Si tienes una cintura voluminosa, es probable que tengas esta grasa mortal.
Si estás excedido de peso, tienes bastantes probabilidades de sufrir de otro riesgo importante: la resistencia a la insulina, en la cual el cuerpo ya no usa correctamente la hormona insulina para transferir el azúcar en sangre a las células musculares.
La epidemia actual de resistencia a la insulina puede atribuirse a nuestros hábitos sedentarios y a los alimentos que consumimos, entre ellos, las papas, el arroz, el pan blanco y los carbohidratos azucarados.
Todos estos alimentos elevan el azúcar en sangre muy rápidamente y esencialmente comienzan a desgastar la respuesta a la insulina. Es un gran paso a la diabetes, pero también se ha encontrado que contribuye a que se sufran ataques cardíacos, cáncer y hasta mal de Alzheimer.
Tal vez hayas notado que estas tres causas radicales (la presión arterial alta, la grasa intraabdominal y la resistencia a la insulina) se relacionan con las enfermedades cardíacas, la principal causa de muerte del mundo desarrollado.
No es de extrañarse que sean los factores más importantes. Y tienen otra cosa en común: sus soluciones. Si todos bajáramos un poco de peso, hiciéramos más ejercicio y comiéramos más frutas y verduras, los casos de estas tres afecciones se reducirían drásticamente, así como las enfermedades que causan o a las que predisponen.
Mantener una buena salud no depende únicamente de comer verduras, aunque definitivamente ayuda. En la encuesta de prevención de enfermedades se destacan estos consejos (que hemos copiado literalmente), que hacen pensar que es verdad que la salud depende de llevar una buena vida.
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