La ‘Hora Dorada’, el mejor regalo para un bebé
Prevenir la hipotermia es primordial, y esto genera gran temor, pues un bebé tiene todas las probabilidades de perder calor.
El concepto de ‘Hora Dorada’ surgió hace largo tiempo en la medicina de urgencia. En aquel entonces los médicos notaron que a los pacientes con ciertas patologías les iba mejor tanto en pronóstico como en mortalidad si se realizaban acciones efectivas durante la primera hora del padecimiento. Esta experiencia poco a poco fue adaptada por la Neonatología. Primero se adecuó a las necesidades de un bebé prematuro con la intención de mejorar sus precarias condiciones de salud y, posteriormente, empezó a usarse entre los niños sanos nacidos tanto por cesárea como por parto.
Debido a su reciente uso en este campo es un método poco conocido tanto por los profesionales de la salud como por los padres.
Actualmente esta práctica se está promoviendo en el marco del parto humanizado y los beneficios de la lactancia materna, la cual ha tenido otra vez un repunte, pues durante un largo tiempo la lactancia bajó sus índices, así que ahora tanto ginecólogos como pediatras incentivan mejores prácticas madre-hijo, explica a Selecciones Diana Orozco, neonatóloga y pediatra del Hospital ABC.
Las situaciones del bebé y la mamá son únicas, así que no siempre es posible realizar todas —o las mismas— acciones a la hora de recibir a un bebé, pero definitivamente todos los recién nacidos pueden beneficiarse de la ‘Hora Dorada’.
Esos primeros sesenta minutos se fraccionan en varias partes y se realizan diversas acciones. Una de ellas es el retraso en el corte del cordón umbilical.
Anteriormente se cortaba de inmediato, pero ahora se procura un corte tardío. Puede ser desde los 30 segundos después del nacimiento y hasta los tres minutos. Un tiempo mayor podría ocasionar algunas complicaciones.
La finalidad de esa espera es que la placenta deje de latir, es decir, termine de enviar sangre por el cordón umbilical. En el momento en que cesan sus latidos la comunicación entre placenta y bebé finaliza de una forma más natural, así que la separación no es tan abrupta para el menor.
“Todos los niños tienen anemia cerca del primer año de vida, pero se ha demostrado que la mayoría de los niños con corte tardío del cordón no alcanzan cifras peligrosas de anemia” explica la pediatra.
Mantener una adecuada temperatura y prevenir en todo momento la hipotermia, algo a lo que se le tiene gran temor, pues como el recién nacido tiene todas las probabilidades de perder calor, lo primero que se trataba de hacer era llevarlo a una fuente de calor, lo que generalmente era lejos de la madre.
Conocer cuál es la forma más natural para que el bebé no pierda calor ha sido motivo de infinidad de estudios. Ahora se sabe que colocar al recién nacido piel a piel con su madre evita la baja de temperatura.
¿Por qué preocupa tanto la pérdida de calor? Porque con un grado de temperatura que pierda el bebé pueden presentarse complicaciones respiratorias.
Los recién nacidos a quienes se pone en contacto directo con la piel de su madre también interactúan más con ellas y lloran menos, según información de la Organización Mundial de la Salud.
Los médicos colocan a madre e hijo abdomen con abdomen. El bebé a término y sano reptará en busca de la mama. Esa acción desencadena una serie de factores hormonales que influyen en la presentación de la leche.
El bebé permanecerá un rato inmóvil. Luego, lentamente, reptará hacia los pechos mediante movimientos de flexión y extensión de las extremidades inferiores. También pondrá en marcha los reflejos de búsqueda; se dirigirá hacia la areola, a la que reconocerá por su color oscuro y por su olor. Tras varios intentos comenzará a succionar el pezón.
A veces desde el parto la madre ya tiene calostro, así que esas primeras gotitas que llegan a la boca del bebé están cargadas de inmunoglobulinas, anticuerpos y demás sustancias benéficas. Además, empieza a haber un contacto de bacterias, pues el bebé tiende a estar estéril, así que cuando toca a su madre recibe bacterias benéficas que le ayudarán a su desarrollo.
Esa alimentación temprana ayuda al recién nacido a secretar ciertas hormonas que previenen la hipoglucemia. Aunque no coma mucho esa primera toma es suficiente para que el bebé mantenga un adecuado nivel de glucosa.
Está demostrado por diversos estudios que esas prácticas en los primeros 60 minutos tanto para el egreso hospitalario como para los cuatro meses que se han hecho los estudios, la lactancia materna es mejor con respecto a los niños que no tuvieron ese tratamiento. La ‘Hora Dorada’ ayuda a la alimentación del futuro.
Algunas madres —por diversas circunstancias— no podrán darle pecho a su hijo, pero existen opciones. “Podemos hacer otras cosas para asegurarnos que los bebés estarán lo mejor posible y aprovecharán los beneficios de estos primeros sesenta minutos”.
Si por alguna razón la madre estuviera sedada o indispuesta para arropar al bebé, el padre puede entrar en acción. “El papá puede hacer el contacto piel a piel con el bebé”.
Lo importantes que es que los pediatras y los ginecólogos tengan esas prácticas y las acuerden previamente con las familias. También hay que cerciorarse que el equipo que recibirá al bebé está preparado para cualquier eventualidad.
Incluso en niños sanos pueden presentarse complicaciones de placenta o de cordón umbilical, así que el equipo debe estar preparado para refuerzo respiratorio u lo que sea que ponga en peligro al bebé o a la madre.
“Tratamos de fomentar más estas ideas tanto entre los profesionales de la salud como entre los padres para que se aclaren estas dudas. Si los papás están tranquilos e informados se sienten mejor y menos ansiosos a la hora de acompañar a su pareja en el parto o cesárea. La comunicación debe ser la mejor entre todos los actores” finaliza Orozco.