La importancia de la almohada para una sana columna
Para lograr buen descanso también es necesario poner atención en la clase de almohada que utilizas, de acuerdo a tu posición al dormir.
¿Cuánto tiempo tomas para elegir tu almohada? ¿Investigas antes de comprarla o buscas la que se adapte a tu presupuesto? Para un buen descanso no solo debemos poner atención en el tipo de colchón, sino en la clase de almohada.
Según la directora médica del Center for Sleep Medicine en New York, Ana Krieger, unos centímetros de más o de menos entre la cama y el cuello pueden alterar la postura y ocasionar problemas de salud.
Ríos de tinta han corrido sobre la pertinencia o no del uso de la almohada. Algunos profesionales la recomiendan, otros no.
“Se ha vuelto indispensable para la mayoría de las personas, pues crecemos con la creencia de que para dormir la necesitamos” explica Roberto Junquera, fisioterapeuta de Fisionline.
Pero más allá de las discrepancias, la realidad es que la almohada es uno de los elementos del hogar que más tiempo utilizamos. Pero al paso del tiempo se vuelve acumuladora de bacterias, ácaros y se deteriora considerablemente.
Además, el lavado frecuente hace que pierda su forma original, lo que repercute directamente en nuestro descanso y en el desempeño de las tareas diarias. Ah, y darle vueltas durante la noche no es de gran ayuda.
Adicionalmente, doblarla para tener la sensación de grosor y estabilidad que sentías cuando la almohada estaba nueva afecta tu calidad de sueño, ya que te genera tensión en el cuello y la espalda.
En algunos casos los trastornos del sueño se asocian con una mala almohada
Cuando sientas que tu calidad de sueño empeora o aparecen malestares en el cuello a la mañana siguiente es urgente un cambio de almohada.
Pero antes de elegir la mejor opción detecta si existen problemas de espalda, apnea del sueño o algún problema de reflujo gastroesofágico, pues entonces necesitarás una almohada más especializada
Aquí algunas recomendaciones para una elección acertada que te acerque el descaso tan añorado por todos:
Si duermes boca arriba necesitarás una almohada de firmeza intermedia para evitar problemas en las cervicales. En el caso de que sea de lado (que es lo más común) apuesta por una almohada de firmeza intermedia-alta.
Las almohadas que tienen forma circular o de otra figura afectan la postura al momento de dormir. Es preferible una rectangular, ya que se adapta mejor al cuello y no ocupa gran espacio en la parte superior de la cama.
La firmeza está relacionada con problemas musculares, así como la posición al dormir.
Las cervicales juegan un rol importante en la elección de la almohada, y de existir problemas en ellas, es recomendable acudir a un ortopedista, explica Verena Senn, doctora de Emma Sleep GmbH.
Actualmente existen almohadas para todos los gustos y necesidades. Hay una que gracias a sus tres capas de espuma intercambiables con diferentes firmezas se ajusta fácilmente a la altura necesaria para que tu cuello y columna estén siempre alineadas y libre de estrés.
La transpirabilidad de la almohada es fundamental. Permitir respirar al cuerpo durante la noche es indispensable para afrontar los retos del día siguiente, mientras que, por otro lado, si guarda calor habrá problemas para un buen descanso.
Una tela poco adecuada o una espuma de baja calidad puede hacer que el secado tarde demasiado o incluso que no se seque completamente, así que la almohada permanecerá húmeda y podrían aparecer olores desagradables, así como bacterias y ácaros, los cuales detonan o agudizan alergias.
La almohada es imprescindible cuando empieza a instaurarse una rigidez cervical con ciertos niveles de artrosis y con una antepulsión del cuello y cabeza hacia delante. (aquí tienes 10 señales para saber cuando cambiar tu colchón)
Ese problema es muy común en nuestra sociedad moderna debido al estrés y a nuestras actitudes posturales en el trabajo. Como consecuencia se hace muy habitual e incluso necesario el uso de la almohada, la cual deberá tener ciertas características según la evolución del problema cervical.
Salud y sueño están totalmente relacionados como lo aseguran numerosos estudios médicos y científicos.
Durante la noche no solo dormimos, también nos reparamos. En esas horas el cuerpo pone en marcha una serie de procesos de “mantenimiento” esenciales para una vida larga y plena.