La importancia de la inteligencia emocional
Así como un coeficiente intelectual alto puede predecir puntuaciones altas en exámenes, una inteligencia emocional elevada puede predecir el éxito en situaciones sociales y emocionales.
La inteligencia emocional es la capacidad de comprender, utilizar y controlar nuestras emociones. Y así como un coeficiente intelectual alto puede predecir puntuaciones altas en los exámenes, una inteligencia emocional elevada puede predecir el éxito en situaciones sociales y emocionales pues ayuda a construir relaciones sólidas, tomar buenas decisiones y enfrentar situaciones difíciles.
La adolescencia es una etapa de múltiples cambios en la que se empieza a conocer y explorar el mundo. Adicionalmente, se genera una búsqueda de identidad, manifestando diversas inquietudes sobre el amor y el valor de la amistad. Así pues, es comprensible que las emociones estén muy expuestas y se expresen de manera repentina y sorpresiva periodos de amor-odio, tristeza-alegría, rebeldía-sumisión, seguridad-inseguridad, etc.
Por esta razón, es de vital importancia trabajar en el reconocimiento, entendimiento y trascendencia de las emociones, “desde cómo y por qué me siento así, hasta optimizar la relación con sus padres, compañeros, sus relaciones afectivas y por supuesto, en la toma de decisiones”, comentó la psicóloga Karla Ramírez, coordinadora del departamento de Psicopedagogía del Bachillerato UIC.
“Hablar de inteligencia se refiere a la resolución de problemas, bagaje cultural, manejo de idiomas, etc. sin embargo, también incluye el reconocimiento y manejo de los sentimientos. Es necesario que los adolescentes y los padres de familia aprendan a manejar temas emocionales como la indiferencia, la falta de compromiso y la empatía tanto en las relaciones interpersonales como en el bien común”, comentó la psicóloga.
La inteligencia emocional se desarrolla en dos núcleos sociales: la escuela y la familia, siendo ésta última fundamental porque brinda un abanico de aprendizaje que se experimenta en situaciones particulares. “Es en la familia en donde se puede incidir de manera primaria para desarrollarla. Es muy importante que los papás empiecen a reconocer e identificar sus emociones y compartirlas con sus hijos. La inteligencia emocional es una herramienta, que puesta en práctica contribuyen al desarrollo de las capacidades emocionales, centrándose en el ser, permitiendo lograr un mejor bienestar personal y social”, explicó la psicóloga Karla Ramírez.
¿Cómo podemos desarrollar la inteligencia emocional en la casa y en la escuela?
Abordar desde las situaciones más complejas hasta las más simples. Esto trasciende en ellos porque los adultos son sus referentes a seguir.
Es importante observar la situación, ser pacientes y tener una actitud de acercamiento con el propósito de acompañarlos y generarles confianza.
Si los padres y las autoridades escolares manifiestan los límites, obtendrán resultados positivos. Las reglas generan experiencias de aprendizaje, que son las consecuencias de los actos que los jóvenes realizan, ya sean positivas o negativas.
En necesario evitar lastimar las emociones de las personas y la forma en la que se comunican las decisiones puede ser un factor a cuidar. La psicóloga Karla Ramírez, sugiere alejarnos de la firmeza autoritaria, porque “la forma en la que se comunican las decisiones, valida el hecho de percibirlo como una imposición o como una experiencia de aprendizaje”.
Los espacios permiten que el joven refuerce su autoconocimiento. Asimismo, es importante acompañarlo en el proceso de la toma de decisiones para consolidar su autoestima.
Es necesario estar al pendiente de lo que sucede en la escuela, el taller, la actividad deportiva, los amigos, etc., otorgándole el espacio personal suficiente para que experimente su momento.
De esta forma, se generarán oportunidades para conocer a sus amigos, las actividades realizan, escuchar sus pláticas, etc.
Fomentar el aprendizaje de la inteligencia emocional es un reto, es necesario aprender a convivir con los demás y reconocer la calidad y las características de las emociones para favorecer las relaciones y generar acercamientos cualitativos.