Este envase de aluminio es uno de los grandes avances tecnológicos e industriales de la segunda mitad del siglo XX, y se convirtió en uno de los primeros envases con capacidad de ser reciclado y reutilizado.
En la primera mitad del siglo XX, la demanda global de consumo de alimentos necesitaba mayores tecnologías, esto hizo que muchos profesionales, inventores y comerciantes se interesaran por los alimentos enlatados, los cuales podían ser trasladados a cualquier punto del planeta sin perecer.
Para 1935 se conoce la primera lata de bebida comercial. Diseñada por la cervecería Krueger de Nueva Jersey, la Finest Beer era la primera cerveza comercial en venderse dentro de una lata cerrada a presión. El lanzamiento fue un éxito total. El envase era más ligero que el vidrio, fácil de transportar, muy resistente a golpes y caídas, pero sobre todas las cosas, poseía una gran superficie para decorar, lo que comercialmente lo hacía único en cada modelo y marca.
Para 1950, los refrescos en lata ya eran de consumo masivo, pero muchas grandes compañías se resistían a migrar sus productos a este tipo de envase. Coca-Cola, que en un principio no quería entrar al mercado de las latas porque lo consideraba un gran riesgo y tenía miedo de la reacción de sus consumidores, hizo su entrada al escenario de los refrescos envasados en 1959, el mismo año que debuta el envase de aluminio.
En un día de campo en 1960, Ernie Fraze, un ingeniero de la empresa Dayton Reliable Tool Company, se dio cuenta de que había olvidado en casa el abrelatas, muy necesario para abrir las latas de refresco que se vendían entonces. Así que tuvo que abrirlas usando un borde afilado de su auto.
Ese mismo año diseñó una lata abrefácil provista de una lengüeta removible, que no precisaba de ningún otro elemento externo para ser abierta, esto revolucionaría el mercado.
Su sistema, llamado Easy-Tab, permitía abrir la lata con un sujetador que cortaba una zona marcada de la tapa superior sólo tirando del gancho hacía arriba. Esto generó un gran salto de calidad y convirtió a las latas de aluminio en uno de los envases más utilizados durante las dos décadas siguientes en todo el planeta.
En 1963 patenta su desarrollo y pronto vende su licencia a Alcoa – fabricante de aluminio – y a Pittsburg Brewing Company. Esta última pone por primera vez en el mercado las primeras latas dotadas con este sistema. Los primeros envases para bebidas carbonatas equipados con este tipo de tapa – fabricados íntegramente en aluminio – aparecen en el año 1964 con las marcas “R.C. Cola” y “Diet-Rite Cola”, ambas de la compañía Royal Crown.
El uso de las tapas de fácil apertura en diferentes diseños y materiales se extendió rápidamente permitiendo a la ya vieja lata de metal vivir una segunda juventud en el mercado. En Europa pronto se inicia la fabricación en formas no redondas (rectangulares y ovales) primero en aluminio y luego en los primeros años de la década de los “ochenta” en hojalata.
En 1989 se mejora el diseño de la lata de bebidas, manteniendo unida la lengüeta y la anilla a la tapa para mejorar el aspecto ecológico.
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