Cómo morir en Facebook… el duelo digital
Cuando un ser querido fallece, ¿su perfil de usuario sobrevive? Tres historias sobre la muerte y el duelo en la era digital.Aunque no seas un usuario asiduo de las redes sociales, hoy día hay...
Aunque no seas un usuario asiduo de las redes sociales, hoy día hay una realidad innegable: Facebook ha cambiado radicalmente la manera en que vivimos el luto.
Antes de que todos estuviéramos conectados, la noticia de la muerte de un ser querido corría de voz en voz. Se rendían honores al difunto en una iglesia o templo, se lamentaba su partida sobre una lápida o se sufría en silencio.
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Hoy día la pérdida se anuncia a través de mensajes de texto y de correo electrónico. Y las comunidades virtuales que crean las redes sociales ofrecen a muchas más personas la oportunidad tanto de honrar como de llorar a los difuntos. Facebook es el nuevo obituario.
Sin embargo, algunos expertos opinan que estas elegías electrónicas impersonalizan la pena, e incluso que trivializan la muerte. Algunas familias deciden no mantener recuerdos en Internet de su ser querido, pero otras descubren que las redes sociales les permiten compartir añoranzas, ofrecer y recibir apoyo emocional y hasta recaudar fondos para los deudos.
Las siguientes historias revelan las complejidades del duelo y el poder de las redes sociales para cambiar la manera en que conmemoramos a nuestros difuntos.
Cuando mi mamá, Rynn, murió, hace cuatro años, yo era su única amiga en Facebook de la familia. En ese entonces mi hermano y mi hermana eran demasiado jóvenes para tener cuentas. Apenas nos dijeron que mi madre se había suicidado, publiqué en Facebook: “Descansa en paz, mamá. Te amaré siempre”. De inmediato sentí una especie de liberación.
Pensé que sería una forma fácil de hacer saber a todos lo que había pasado. Poco después, muchas personas me ofrecieron apoyo y compartieron anécdotas sobre mi mamá, algunas de ellas desconocidas para mí. En ese momento, el círculo de personas en quienes podía confiar creció.
Publiqué: “Estarías orgullosa de mí. Mañana cantaré en el sitio del World Trade Center. Sé que me verás y sonreirás”.
Me gusta visitar el perfil de mamá para contarle las cosas que hago, ver sus fotos y leer lo que otros escriben acerca de ella. Yo canto en el Coro Juvenil de Brooklyn, y dimos un concierto por el décimo aniversario del 9/11, día del cumpleaños de mi mamá. Publiqué: “Estarías orgullosa de mí. Mañana cantaré en el sitio del World Trade Center. Sé que me verás y sonreirás”. Cuando le escribo, siento que aún estoy en contacto con ella.
Al principio no estaba segura de cómo afrontar su muerte, pero he crecido y lo he superado. No he visitado la página de mi madre en siete u ocho meses, pero la extrañaría si no estuviera allí. Su perfil es la prueba tangible de que ella existió.
En cierto sentido, su perfil me permite pensar que sigue aquí, lo que en ocasiones me consuela. Mucho tiempo después de la muerte de mamá, yo seguía visitando su perfil para ver sus fotos, lo que hacía que me sintiera muy triste. Ahora, cuando visito el sitio, sonrío con más frecuencia de la que lloro.
Bolivia, de 17 años, vive en la Ciudad de Nueva York y estudia en el Bard College.
Si no haces nada, el perfil de la persona fallecida seguirá apareciendo en “Personas que quizá conozcas” y en otras secciones. Convertir el perfil en una página conmemorativa elimina las actualizaciones hechas por la persona fallecida y permite el acceso a la cuenta sólo a sus amigos y familiares. Para hacer conmemorativa una página, escribe “Solicitud de cuenta conmemorativa” en la barra de búsqueda y sigue las instrucciones (o ve el recuadro final).
Mi esposa, Lori, murió 11 días después de dar a luz por cesárea a nuestra hija, Lily, a causa de una infección cardiaca. Era el 9 de marzo de 2012, y Lori había pasado casi toda la noche con dolor de pecho. Llevábamos seis días en casa aprendiendo a cuidar a nuestra bebé. A las 4 de la madrugada una ambulancia llevó a mi esposa a un hospital, pero Lori murió antes de llegar al estacionamiento.
Mientras esperaba en el hospital con Lily a que mi familia nos recogiera, revisé mi celular y vi que nuestros amigos ya estaban escribiendo comentarios sobre la muerte de Lori en su página de Facebook. “No lo puedo creer” y “Ya te extraño” eran los más comunes. Fue muy perturbador para mí. Quise borrar la página en ese instante, pero no recordaba la contraseña de mi esposa.
Al llegar a casa, lo primero que hice fue entrar a su cuenta de Facebook y borrar su perfil. Me pareció lo correcto. A Lori le encantaban las redes sociales. Pensé que si ya no estaba viva, tampoco su perfil en Facebook debía seguir allí.
Sentía una gran impotencia ante la muerte de Lori. No quería ser un simple espectador mientras otras personas se adueñaban de su página con sus comentarios y fotos. Deseaba tener un poco de control.
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Tras borrar el perfil de Lori, se lo informé a sus familiares. No sé si fue por consolarme o porque no eran usuarios asiduos de Facebook, pero dijeron que tampoco querían ver el perfil.
Lori y yo nos conocimos en la universidad y nos casamos en 2003. En total, estuvimos 15 años juntos. Pero se fue, y creo que ella habría querido que borrara su perfil. Conservo sus diarios y fotos para mostrárselos a Lily, así que no creo que mi hija tenga que ver una página de Facebook para conocer a su madre.
“No lo puedo creer” y “Ya te extraño” eran los mensajes más comunes. Fue muy perturbador para mí.
Publico cientos de fotos de Lily en mi página de Facebook, y tengo algunos contactos que no saben nada de Lori. Comentan sobre las fotos y preguntan cómo nos va, y yo respondo enviándoles mi número de teléfono celular para que me llamen.
Cada persona sobrelleva el duelo a su manera. Hay quienes atesoran las pertenencias de un ser querido por 20 años. Yo ni siquiera pude dormir en mi cama cuando murió Lori. Borrar su página de Facebook fue el primer paso en mi proceso de duelo: una forma de empezar a dejarla ir.
Lo único por lo que me arrepiento de haber borrado su perfil es que sus fotos ya no están en línea. Lori amaba la fotografía. Aún tengo las imágenes en su computadora, pero a veces me siento culpable de que otras personas no puedan verlas. Pero si pudiera volver atrás y revivir ese momento, borraría la página de nuevo.
Levi, de 34 años, es maestro y un dedicado padre viudo. Vive en Jackson, Mississippi.
Inicia una sesión en la cuenta de Facebook de tu ser querido utilizando su contraseña (sin ésta, no se puede eliminar la página). Teclea “Borrar mi cuenta” en la barra de búsqueda, en la parte superior de la página. En la sección “Seguridad”, haz clic en “Eliminar mi cuenta” para borrar permanentemente la página, incluidos todos los mensajes, fotos y actualizaciones.
Para descargar el contenido de la cuenta antes de eliminarla, haz clic en “Configuración”, en la parte superior derecha de la página, y selecciona “Configuración de cuenta”. Haz clic en “General”, y luego en “Descarga una copia de tu información” para crear un archivo personal.
Un día después de enterarme de que mi mejor amigo, Sean Misner, fue uno de los bomberos que murieron en un incendio forestal en Arizona, en junio pasado, creé una página conmemorativa en Facebook en su honor.
Sean y yo éramos como hermanos. Nos conocimos en una liga infantil de beisbol cuando teníamos ocho años; luego él empezó a ir a la iglesia a la que yo asistía. Estuvimos juntos en los momentos difíciles, como cuando mis padres se divorciaron. Sean y yo cursábamos el bachillerato, y su apoyo fue vital. Cuando entré en la Universidad de Auburn, él se mudó a Alabama conmigo, sólo por el gusto de hacerlo. Tenía 26 años cuando murió.
Abrí la página conmemorativa en Facebook, y sus amigos publicaron fotos en ella. También solicité donativos para la esposa de Sean, Amanda, quien estaba embarazada.
En el primer par de días, la página conmemorativa de Sean consiguió 2,000 “Me gusta”. Hoy cuenta con más de 27,000, cada uno de alguien que conocía a mi mejor amigo o que supo de su deceso, una persona más que estaba orgullosa de él.
Cuando la familia de Sean llevó sus cenizas a casa, en Santa Ynez, California, a 800 kilómetros de Prescott, Arizona, sus compañeros bomberos montaron guardia en los puentes de la carretera. Usé una foto de uno de los puentes como portada de la página conmemorativa de Sean. Ha tenido más de un millón de vistas.
Fue muy consolador ver que tanta gente mostrara interés. Desconocidos enviaban mensajes ofreciendo cunas y ropa a Amanda, y recaudamos unos 10,000 dólares para la educación de su hijo, Sean Jaxon. Recibimos un mensaje de un niño de Nevada que, tras escuchar acerca de Sean, expresó su deseo de ser bombero cuando crezca. Eso me conmovió profundamente.
La gente escribe sobre el heroísmo de mi amigo. Hay mucho amor en esa página de Facebook.
La gente escribe sobre el heroísmo de mi amigo. Hay mucho amor en esa página de Facebook. Un gran aliciente para mí es que algún día, cuando Sean Jaxon tenga la edad suficiente, podrá visitar la página y ver lo respetado y querido que era su padre.
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Cuando extraño a Sean, visito la página y me hace sonreír. En mi cumpleaños, en el suyo o en otra fecha especial, entro a leer los mensajes y ver las fotos que la gente ha subido. Para mí, es una forma de mantener vivo su recuerdo. Me casaré pronto, y sé que visitaré la página conmemorativa de Sean el día de mi boda. Aunque él ya no está aquí, es mi manera de compartir alegrías con él.
Jason, de 26 años, es asesor financiero de Morgan Stanley, y vive en Santa Ynez, California.
Inicia una sesión en Facebook y haz clic en “Crear un grupo”. Teclea un nombre para la página conmemorativa que deseas crear. Establece la configuración de privacidad: “Abierto” (acceso libre al grupo, a los miembros y a todos los mensajes), “Cerrado” (acceso al grupo y a los miembros, pero sólo éstos pueden ver los mensajes), o “Secreto” (accesible sólo para los miembros del grupo).
Haz clic en “Crear”. Para añadir un botón de donación a la página, busca “Creador de botón de donación”. Escribe un nombre de institución o persona, haz clic en “Instalar en la página de Facebook” y luego en “Agregar creador de botón de donación”.
¿Cuál sería tu reacción en cada uno de los casos anteriores? ¿Hubieras cerrado la página, la hubieras mantenido?