Si haces el clásico avioncito para convencerlo de una cucharada más de papilla es momento de salvarte y buscar un formato de alimentación complementaria. Recuerda que alimentarse es una experiencia nutritiva y también emocional.
Entre las tantas preocupaciones que tienen las mamás está la de cómo alimentar correctamente a su bebé, lo que implica que aprendan cómo hacer que pruebe de todo, cómo transportar los alimentos para que se conserven en buen estado, que no se enferme, que pueda sumarse a la rutina familiar y que crezca fuerte y sano… agotador ¿no?
Pero ahora existe un formato nuevo para que las mamás confíen en sus bebés en el momento de la alimentación. El Baby Led Weaning (BLW) es una alternativa para iniciar una alimentación complementaria que toma en cuenta que la base en los primeros meses es la leche materna.
Con este método sin papillas se busca que el pequeño viva la autorregulación, exploración sensorial de lo que prueba, respeto y confianza en sus decisiones, además de la convivencia familiar.
Esta es una dinámica que podrás implementar en casa con ayuda de un experto como la gastropediatra Elisa Gaona, pionera en México y con cinco años de experiencia en este tema.
“Algunas ventajas de este método es que tienen mejor aceptación de los alimentos, pues al sentarse con el resto de la familia en la mesa también aprenden del ejemplo y se unen al menú hecho para el resto. En el contacto directo con el alimento exploran y tienen menor aislamiento social. Con este proceso se disminuye la probabilidad de sobrepeso, la ingesta de comida chatarra, la alimentación desordenada e incrementa la probabilidad de comer alimentos saludables” explica la experta.
Si respetas lo que el niño decide comer le darás control de su saciedad de manera positiva, por lo que aprenderá el principio de la autorregulación, lo que disminuye el riesgo de padecer trastornos conductuales de la alimentación. Además, tiene un impacto positivo psicomotor y le dará a tu hijo mayor autonomía, autoestima y seguridad personal. Con este método, los niños son más adaptables, comen de todo y donde sea.
La clave del BLW está en 4 “S”. Es decir, que el alimento debe ser lo suficientemente suave para deshacerse en sus encías, sujetable para que lo tome con las manos además de sabroso y saludable.
Durante esta etapa de aprendizaje, una preocupación de las mamás es que ensucian y que al principio pueden sentir presión social por dejar que un bebé interactúe con los alimentos. Lo cierto es que con un poco de tiempo y paciencia, a futuro se evitarán corretearlo por toda la casa, decirles que deben de tomar otra cucharada por amor a la abuelita, torturarlos de que se terminen todo o prometerles que les darán un dulce cuando se acaben las verduras.
Recuerda que comer es, para chicos y grandes, una necesidad nutricional, pero también una experiencia llena de emociones. Construye buenos recuerdos alrededor de este momento.
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