La pasión que sientes proviene del cerebro, no de tu corazón
Si sientes que el corazón se te va a salir del pecho y no puedes contener las lágrimas de alegría o de tristeza, no te preocupes, no estás perdiendo la cabeza.
Sabemos que la mayoría de los mexicanos están viendo el Mundial de la FIFA; cerca de 90% sigue a la selección nacional según la agencia de audiencia Nielsen. Algunos cuantos suertudos lo hacen desde Rusia, pero la gran mayoría lo sigue por televisión.
Si eres una de las personas que se la pasan sufriendo frente a la pantalla, si sientes que el corazón se te va a salir del pecho y no puedes contener las lágrimas de alegría o de tristeza, no te preocupes, no estás perdiendo la cabeza; son reacciones que provienen de la euforia.
La pasión que sientes cuando ves un partido de fútbol viene del cerebro, no del corazón. Cuando vives una situación intensa y experimentas emociones fuertes, tu cerebro produce una sustancia llamada adrenalina, que tiene efectos tanto fisiológicos como psicológicos: la presión arterial y el ritmo cardiaco aumentan, lo que le permite al corazón bombear más sangre.
Eso resulta en mayor oxigenación de nuestros músculos, que por consiguiente logran moverse con mayor facilidad. Al mismo tiempo, nuestras pupilas se dilatan y se acelera el ritmo de la respiración.
Estas reacciones producidas por la adrenalina son la forma en la que el cuerpo se prepara para defenderse ante una situación de peligro. Pero otras actividades, como la emoción de ver o hacer deportes, tienen el mismo efecto en nosotros.
La adrenalina nos mantiene alerta y nos hace más sensibles a cualquier estímulo. Es debido a esto que cuando derrotan a tu equipo de fútbol, experimentas emociones intensas como enojo, frustración o tristeza, aunque racionalmente el resultado de ese partido no te afecte de ninguna manera.
Y por la misma razón, cuando tu equipo triunfa te emocionas y celebras con euforia, como si tú mismo hubieras anotado el gol de la victoria.
Fuente: Hisense