La pornografía le gana a la educación sexual
El acceso a internet ha modificado el inicio de contacto con contenidos sexuales, lo que puede provocar una visión distorsionada de la sexualidad.
En México 64 por ciento de los niños y 52 por ciento de las niñas de entre 9 y 12 años han tenido contacto con la pornografía. El acceso a internet ha modificado la edad de inicio de contacto con contenidos sexuales, así que pueden crecer con una visión distorsionada de la sexualidad que promueve las relaciones sexuales violentas.
Actualmente varias naciones hablan de la ‘nueva pornografía’, que se caracteriza por ser de fácil acceso, gratuita o muy barata y cada vez más violenta, sobre todo contra la mujer.
“El modo de consumo y la pornografía es sí misma ha cambiado a lo largo de los últimos años, pues cada vez es más violenta, así que es muy importante advertir a los niños que pueden encontrarse con esos contenidos que ponen en riesgo su desarrollo psicosexual saludable” advierte Elena Laguarda, educadora de Sexualidad ATI (Asesoría Educativa y Prevención A.C.)
Entre los riesgos que enfrentan al ver pornografía se encuentra el desarrollo de ansiedad y la posibilidad de caer en adicción, pues el estímulo que estos contenidos producen en su cerebro, aún en desarrollo, los excita como parte de la respuesta sexual que inicia en la pubertad y al mismo tiempo los confunde, pues aún no cuentan con la experiencia de vida ni la madurez cognitiva para integrar lo que han visto.
Lo más grave al omitir abordar este y cualquier otro tema de sexualidad es que los púberes asumen que la pornografía les está enseñando a tener ‘buen sexo’. “Entonces creen, por ejemplo, que a las mujeres les gusta que les peguen cuando tienen sexo, que el tamaño del pene importa y, en el caso de haber observado pornografía ilegal, que es válido violar a una mujer“ comenta la especialista con más de 15 años de experiencia, quien refirió que el video pornográfico más visto según una investigación realizada en Barcelona, es una violación tumultuaria.
Este panorama pone de manifiesto la urgencia de la educación sexual integral como política de Estado, pues de seguir ausente en la educación formal tanto niños como púberes y adolescentes están en franco riesgo de crecer con una visión distorsionada de la sexualidad que promueve las relaciones sexuales violentas.
Mientras el Estado asume su obligación, padres, madres y profesores deben promover la prevención con la infancia y juventud. Deben proveerles de información científica sobre este y todos los temas relacionados con la sexualidad.