La quesadilla es con queso o sin queso ¿qué dicen?
Su sencillez la convierte en uno de los antojitos favoritos de muchos. Pero, ¿sabes de dónde proviene y por qué la discusión sobre si lleva o no queso?
Las quesadillas son uno de los antojitos más queridos y representativos de la gastronomía mexicana. Este delicioso platillo, que puedes encontrar tanto en las calles como en restaurantes formales, ha estado presente en las mesas de los hogares mexicanos por generaciones. Su sencillez y versatilidad la han convertido en una opción favorita para satisfacer a todos. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene la quesadilla?
Aunque actualmente se presume como un ícono de la gastronomía mexicana, tiene sus raíces en un platillo español antiguo. La palabra “quesadilla” proviene de un libro catalán del siglo XV, donde se refería a una empanada dulce rellena de nuez.
Sin embargo, la historia de la quesadilla mexicana comenzó durante la Conquista, cuando el trigo y los quesos europeos se introdujeron a la dieta indígena. La fusión de culturas dio origen a la tortilla de maíz rellena de queso, un platillo que rápidamente conquistó el paladar de los mexicanos.
La definición oficial de “quesadilla” no llegó hasta el siglo XIX, en el libro “Nuevo Cocinero Mexicano“. Allí se especificaba que este platillo podía o no llevar queso, lo que desató una controversia que perdura hasta nuestros días.
Uno de los debates más acalorados en la cocina mexicana es si una quesadilla debe llevar queso o no. Para algunos, el queso es un ingrediente indispensable, mientras que para otros, la quesadilla puede prescindir de él.
Si bien el queso es un ingrediente esencial en la mayoría de las quesadillas, la realidad es que este platillo no tiene una definición única y absoluta.
Más allá de la discusión sobre el queso, la quesadilla auténtica se caracteriza por su sencillez: una tortilla de maíz o harina doblada por la mitad y rellena con ingredientes al gusto. Se puede cocinar en comal o freírse, y las opciones de relleno son infinitas, desde guisados tradicionales hasta creaciones innovadoras como la quesabirria.
La belleza de la gastronomía mexicana radica en su diversidad. Un mismo platillo puede tener infinitas variaciones según la región.
Así que la próxima vez que disfrutes de una quesadilla, recuerda que estás saboreando un pedacito de historia y tradición. Y no olvides que la verdadera esencia de este manjar reside en la libertad de disfrutarla como más te guste, con o sin queso, pero siempre con mucho sabor.
¿Qué opinan?