La risa, remedio infalible: Un sábado le dije a mi hijo…
Un sábado por la mañana le dije a mi hijo de 13 años que limpiara su habitación porque estaba hecha un desastre...
Un sábado por la mañana le dije a mi hijo de 13 años que limpiara su habitación porque estaba hecha un desastre.
“No está desordenada, mamá —respondió—, solo está en modo aleatorio”.
Enviado por María del Refugio Jáuregui, México
Mi esposa y yo estábamos sentados desayunando tranquilamente en casa un domingo. De pronto, le dije:
—Cuando muera quiero que vendas todas mis cosas lo más pronto posible.
—¿Por qué me pides eso? —preguntó ella.
—Imagino que algún día te volverás a casar y no quiero que otro patán acabe usando mis objetos personales.
Tras mirarme desconcertada, mi mujer inquirió:
—¿Y qué te hace pensar que me casaré con otro patán?
planetproctor.com
Cierto restaurante coloca en la entrada un letrero que anuncia: “Le daremos 500 dólares si no somos capaces de surtir su orden”. Un comensal arrogante decide poner a prueba el atractivo ofrecimiento y ordena un sándwich de orejas de dragón en pan de centeno.
La mesera toma la orden y se dirige a la cocina. Segundos más tarde, el propietario del establecimiento se aparece hecho una furia en la mesa del cliente y, con un manotazo, pone cinco billetes de 100 dólares en ella.
—¡Usted gana! —le informa al comensal—, pero quiero que sepa que es la primera vez que nos quedamos sin pan de centeno.
rantnroll.com
El peor actor del mundo interpreta Hamlet. Es tan malo que, durante el famoso discurso de “Ser o no ser”, el público lo abuchea y le lanza tomates. Finalmente, el histrión llega al límite de su paciencia. Da un paso hacia el borde del escenario y exclama: “¡Oigan, yo no fui quien escribió toda esta basura!”.
Tomado de A Prairie Home Companion
Tengo ascendencia holandesa. De hecho, hace poco descubrí que uno de mis antepasados más antiguos inventó los zuecos. Desafortunadamente, murió tratando de apagar una fogata con ellos.
Randy eEley, comediante
La clarividente le dice a un sapo:
—Veo en tu futuro a una hermosa joven que querrá saber absolutamente todo sobre ti.
—¡Genial! —exclama el anfibio—. ¿La conoceré en una fiesta?
—No —responde la psíquica—. Lo harás el próximo semestre en la clase de biología.
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Supe que me estaba quedando calvo cuando me di cuenta de que cada vez me tardaba más tiempo en lavarme la cara.
Harry Hill, comediante