La vida vuelve al Lago de Texcoco tras cancelar el NAICM
Ahora que se ha cancelado el proyecto del NAICM, el Lago de Texcoco y la naturaleza que rodea el sitio se ha ido recuperando.
El trayecto al Parque Ecológico Lago de Texcoco no es sencillo si no se cuenta con automóvil, pero una vez ahí, podrás ver la magnitud del lugar revela y el alcance del proyecto.
Con más de 143 millones de metros cuadrados, se trata de uno de los parques urbanos más grandes del mundo, concebido para devolver al Valle de México una parte de su antigua identidad lacustre. Su director, el arquitecto Iñaki Echeverría, reconoce que el principal desafío es la accesibilidad, un punto que, según explica, fue una decisión estratégica.
Ante la limitación presupuestal, prefirió concentrar los esfuerzos en restaurar y sanear el territorio para mostrar que la recuperación ecológica era posible, antes que resolver por completo los accesos y la infraestructura vial.
El proyecto se levanta sobre un terreno que sufrió una de las mayores transformaciones ambientales del país. Durante la construcción del fallido aeropuerto internacional, el ecosistema fue devastado: se destruyeron refugios para aves migratorias, se desmantelaron cerros, se arrasaron zonas agrícolas y se alteró un paisaje con miles de años de historia natural y cultural.
Para 2015, el lago había perdido más del 95% de su superficie original y su drenaje total estaba programado. Sin embargo, con la cancelación del aeropuerto en 2018, se abrió la oportunidad de revertir el daño y recuperar el equilibrio ecológico de la cuenca.
El arquitecto Echeverría describe su primera impresión del terreno como un paisaje marciano, un sitio árido y rojizo, profundamente alterado.
Su objetivo no era reconstruir el lago tal como existió hace siete siglos, sino restaurar su función ecológica mediante lo que él llama “ingeniería viva” o “infraestructura suave”. Esta metodología combina diseño y estrategia ecológica para permitir que la naturaleza retome el control.
En el proceso se reutilizan partes de las obras hidráulicas previas. El equipo reconectó nueve ríos que habían sido desviados, de modo que el flujo natural del agua volviera a formar lagunas, recuperar suelos y favorecer el saneamiento.
Gracias a este proceso, se están regenerando cuerpos de agua como la Ciénega de San Juan, las Lagunas de Xalapango y Texcoco Norte, así como el Lago Nabor Carrillo. Este sistema acuático es vital para la biodiversidad: más del 60% de las aves del Estado de México habitan o migran por esta zona, incluyendo especies como el pato mexicano (Anas diazi), el chorlo nevado (Charadrius nivosus) y el playerito occidental (Calidris mauri).
Cada año, cerca de 150,000 aves acuáticas utilizan el área como refugio. En 2022, su declaratoria como Área Natural Protegida consolidó la importancia del sitio, reconocido también como Sitio Ramsar número 144 de México y como Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA).
La restauración del Lago de Texcoco representa un cambio de paradigma frente a siglos de drenaje y desecación. Desde la época colonial, la obsesión por “domar” los humedales provocó que la ciudad perdiera su equilibrio hídrico, generando hundimientos, contaminación y escasez de agua.
Hoy, el parque ecológico se plantea como una respuesta estructural a esa crisis. Su vegetación y cuerpos de agua actúan como zonas de amortiguamiento que ayudan a mitigar inundaciones, mejorar la calidad del aire hasta en un 19%, capturar más de un millón de toneladas de carbono al año y reducir las temperaturas urbanas.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas estima que la pastización, reforestación y recuperación de suelos tendrán efectos duraderos en la salud ambiental del Valle de México.
Más que una obra arquitectónica, el Parque Ecológico Lago de Texcoco es un experimento de reconciliación con el entorno. Su filosofía se apoya en la flexibilidad y el diálogo entre opuestos: infraestructura y paisaje, ciudad y campo, ingeniería y naturaleza.
Echeverría lo ha resumido en una idea central: “Esta intervención mantiene viva la oportunidad de un futuro viable y habitable para el Valle de México”. En tiempos de crisis climática, el lago recupera su importancia ya que el agua vuelve a reclamar su espacio y el paisaje ofrece, por primera vez en siglos, una visión del equilibrio entre el ser humano y el planeta.