Durante años, la fibra ha sido sinónimo de buena salud digestiva. Ayuda a regular el tránsito intestinal, favorece el control del peso y contribuye a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Sin embargo, una tendencia reciente en redes sociales —conocida como fibermaxxing— ha llevado a muchas personas a creer que mientras más fibra se consuma, mejor.
Especialistas advierten que esta idea no siempre es correcta. El exceso de fibra también puede provocar efectos adversos, sobre todo cuando se incrementa de forma brusca o sin una hidratación adecuada.
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¿Qué es el fibermaxxing y por qué preocupa a los expertos?
El fibermaxxing promueve aumentar la ingesta diaria de fibra muy por encima de las recomendaciones habituales. En redes sociales, abundan retos, planes de alimentación y platillos cargados de alimentos ricos en fibra, presentados como una fórmula rápida para mejorar la salud.
La fibra, presente en frutas, verduras, leguminosas, cereales integrales, semillas y frutos secos, es un carbohidrato que el organismo no digiere. Según el doctor Jesse Bracamonte, médico de familia de Mayo Clinic, “la fibra pasa casi intacta por el sistema digestivo y cumple funciones clave en el intestino”.
No obstante, cuando se consume en exceso, puede alterar el equilibrio digestivo y nutricional.
¿Cuánta fibra se recomienda consumir?
Las guías nutricionales indican que los adultos deberían consumir entre 25 y 30 gramos de fibra al día. Aun así, muchas personas no alcanzan esta cifra, lo que ha impulsado el interés por aumentarla. El problema surge cuando se sobrepasan ampliamente los límites o se hace de manera repentina.
Especialistas señalan que consumir más de 60 o 70 gramos diarios, de forma sostenida, puede generar efectos indeseables.
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Las 3 señales más claras de un exceso de fibra
1. Molestias digestivas persistentes
La señal más frecuente es la aparición de hinchazón, gases, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea. Esto ocurre porque la fibra es fermentada por bacterias intestinales, produciendo gases.
Además, si el aumento de fibra no va acompañado de una adecuada ingesta de agua, el tránsito intestinal puede verse afectado, provocando estreñimiento o evacuaciones irregulares.
2. Signos de deficiencia de minerales
Fatiga constante, piel pálida, cabello y uñas frágiles o cicatrización lenta pueden ser señales de que algo no está bien. De acuerdo con expertos consultados por SELF, un exceso de fibra puede dificultar la absorción de minerales esenciales como hierro, calcio, zinc y magnesio, fundamentales para la salud ósea, muscular y metabólica.
3. Sensación de saciedad excesiva
La fibra produce una sensación prolongada de llenura. En cantidades adecuadas, esto es beneficioso, pero en exceso puede provocar que la persona coma menos de lo necesario, dejando fuera proteínas, grasas saludables y otros nutrientes clave para el organismo.
¿Puede afectar la absorción de medicamentos?
Sí. Especialistas de Mayo Clinic advierten que la fibra en exceso puede interferir con la absorción de ciertos medicamentos, reduciendo su eficacia. Por ello, recomiendan dejar un intervalo de al menos dos horas entre la toma de fármacos y el consumo de comidas muy ricas en fibra.
Cómo consumir fibra de forma saludable
Los expertos coinciden en que la fibra sigue siendo un nutriente esencial, pero debe integrarse de forma equilibrada. Estas recomendaciones ayudan a evitar problemas:
- Incrementar la fibra de manera gradual, a lo largo de dos a cuatro semanas
- Mantener una hidratación constante durante el día
- Distribuir la fibra en varias comidas, no concentrarla en una sola
- No descuidar otros grupos alimentarios
- Consultar a un profesional de la salud si aparecen molestias persistentes
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El equilibrio es la clave
La fibra es una aliada de la salud, pero no es un caso donde “más siempre sea mejor”. Escuchar al cuerpo, mantener una alimentación variada y evitar modas extremas puede marcar la diferencia entre cuidar la salud digestiva o comprometerla.