Lograr autoconfianza es un proceso que puede requerir tiempo y esfuerzo, pero es absolutamente posible. La autoconfianza se refiere a tener una creencia positiva y sólida en tus habilidades, capacidades y valor como individuo.
La autoconfianza y la autoestima están estrechamente relacionadas, y la falta de una de ellas es probable que afecte la otra. Para identificar a alguien con buena autoestima y autoconfianza, la psicóloga Cortney S. Warren, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, ha compartido en un artículo para el medio CNBC las 7 frases que las personas con alta autoestima suelen repetir con más frecuencia.
Warren señala que las personas con autoconfianza son más capaces de afrontar los conflictos y no temen mostrarse vulnerables frente a los demás, principalmente porque no buscan la aprobación externa. Aunque también asegura que llegar hasta ese punto no es fácil: “Se necesita mucho trabajo para llegar así”.
La naturaleza empática y sin prejuicios en las relaciones de las personas con autoconfianza los convierte en un gran apoyo para los demás. Cuando alguien está pasado por algo malo y le ofreces ayuda, tú también creces emocionalmente.
Aprender a no tomarse las críticas como algo personal es uno de los retos más altos que, sin dudas, está al alcance de la mano más rápido para quienes tienen autoconfianza que para aquellas otras personas que dudan de sí mismas. En este caso, según la especialista de Harvard, logran recibir los comentarios negativos, aprender de ellos y transformarlos en algo constructivo. Capitalizar la diferencia y sumar nuevos puntos de vista, nada mal, ¿no?
Suelen ser utilizadas en debates y discusiones para plantear distintos puntos de vista con argumentos firmes y claros. Según la especialista, las personas con autoconfianza siempre defenderán sus ideas, valores y convicciones.
Quienes tienen autoconfianza siempre comunican sus necesidades de manera respetuosa al otro y hacen valer su bienestar sin perder las formas, incluso cuando se sienten atacados.
Quienes confían en sí mismas aprenden a regular la impulsividad (que sin dudas está presente en todas las personas). Gracias a una autoestima alta, este tipo de personas logran tomarse el tiempo necesario para reflexionar sobre sus respuestas y expresarlas de manera más adecuada que encuentran.
Si cuando algo te ha salido mal, en lugar de lamentarte, te dices que puedes intentarlo de nuevo, estarás poniendo en práctica una estrategia personal de afrontamiento que te hará salir fuerte de la experiencia. Además, no tienen miedo al fracaso y lo aceptan sin que les afecte demasiado.
Las personas con seguridad emocional no tienen problemas para establecer límites y decir que “no” cuando algo no les gusta, las hace sentir incómodas o no coincide con su escala de valores.
Con información de CuerpoMente
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