En 2018, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer destacaron el papel crucial de los hábitos de vida saludables como barrera eficaz contra el cáncer. Su estudio reveló que hasta un 40% de los casos de cáncer podrían prevenirse adoptando hábitos de vida más saludables.
Una reciente investigación publicada en la revista BMC Medicine refuerza esta tesis. Destacando que seguir las siete recomendaciones propuestas por la WCRF/AICR disminuye significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Este estudio, centrado en 94.778 adultos del Biobanco del Reino Unido, descubrió que seguir estos hábitos no sólo disminuye el riesgo general de cáncer, sino que también proporciona una protección específica contra tipos concretos como el cáncer de mama, colorrectal, riñón, esófago, ovario, hígado y vesícula biliar.
Las recomendaciones del WCRF/AICR, aunque simples en su enunciado, encapsulan un enfoque integral hacia la salud.
Mantener un peso saludable
Tener un peso saludable es importante para prevenir el cáncer. Un peso saludable reduce la carga en el cuerpo y la inflamación, que son factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer. La obesidad, por otro lado, está asociada con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, como el cáncer de mama, el cáncer de colon y el cáncer de riñón.
Para mantener un peso saludable, es importante seguir una dieta equilibrada y realizar actividad física. Una dieta equilibrada debe incluir una variedad de alimentos saludables, como frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
Realizar actividad física
Ayuda a mantener un peso saludable, lo que reduce el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. También mejora la regulación hormonal y la función inmunitaria, lo que puede ayudar al cuerpo a combatir el cáncer.
La actividad física no tiene que ser agotadora para ser efectiva. Actividades moderadas como caminar rápidamente, nadar o montar en bicicleta, realizadas durante 30 minutos o más la mayoría de los días de la semana, pueden ser muy beneficiosas.
Consumir una dieta saludable
Una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y legumbres, con un consumo limitado de grasas saturadas y azúcares, es clave. Estos alimentos contienen nutrientes esenciales y antioxidantes que protegen las células del daño que puede desencadenar el cáncer. Además, una dieta saludable ayuda a evitar la obesidad, otro factor de riesgo significativo.
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Reducir el consumo de comida rápida y comida procesada
Este tipo de alimentos suelen tener altos niveles de grasas, azúcares y sal, y pocos nutrientes esenciales. Su consumo constante se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad y cáncer. Adoptar un estilo de vida más sano y prevenir el cáncer implica dar un paso vital para reducir la ingesta de este tipo de alimentos.
Reducir el consumo de carne roja y procesada
La carne roja (como la de vaca, cerdo y cordero) y la carne procesada (como salchichas y jamón) se han vinculado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Limitar su consumo, según las recomendaciones del WCRF/AICR, puede reducir este riesgo.
Reducir el consumo de bebidas azucaradas
Las bebidas azucaradas están relacionadas con la obesidad y el sobrepeso, lo que aumenta el riesgo de cáncer. Para empeorar las cosas, un consumo elevado de azúcar puede provocar inflamación y resistencia a la insulina, ambas relacionadas con el desarrollo del cáncer. Elegir agua o bebidas sin azúcar es una alternativa más saludable.
Limitar el consumo de alcohol
El alcohol es un factor de riesgo conocido para varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer de mama, hígado, boca, garganta y esófago. Limitar su consumo, o evitarlo completamente, reduce significativamente el riesgo de estos cánceres.
Con información de National Geographic
