Las alergias agravan los casos de enfermedades respiratorias crónicas
En México, las enfermedades respiratorias constituyen un importante problema de salud pública y representan la morbilidad más alta del país.
En México, las enfermedades respiratorias constituyen un importante problema de salud pública y representan la morbilidad más alta del país, así como la primera causa de consulta en los centros de salud.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades respiratorias son las responsables de que cada año se registren hasta cinco millones de casos graves en todo el planeta.
Entre las enfermedades respiratorias crónicas se encuentran la rinitis alérgica y sus complicaciones o comorbilidades.
La rinitis alérgica afecta entre el 17 y el 25 por ciento de la población mexicana; es un padecimiento muy común en niños y adultos jóvenes y se asocia a otras enfermedades alérgicas.
En la Ciudad de México se estima que la rinitis alérgica impacta hasta en un 40 por ciento a niños, lo que la ubica como un problema de salud pública.
Las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) son padecimientos de las vías respiratorias y otras estructuras del pulmón, y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud ocasionan hasta cinco millones de casos graves cada año en todo el planeta.
Dentro de las ERC más comunes y que se agravan con infecciones respiratorias, son las alergias respiratorias. Una alergia respiratoria es el resultado de un mal funcionamiento del sistema inmunitario que provoca que el organismo reaccione de manera anormal o exagerada frente al contacto con elementos normales del ambiente, conocidos como alérgenos, que son sustancias inofensivas transportadas por el aire, así lo señaló Gerardo López, alergólogo e infectólogo pediatra, miembro de la Academia Mexicana de Pediatría.
Los principales alérgenos respiratorios son los ácaros del polvo doméstico, el polen de pastos y árboles, el pelo de animales y el moho. Al ser inhalados pueden inducir reacciones inflamatorias en la nariz, los ojos, la garganta y los bronquios, lo que se conoce como rinitis alérgica. Esta se clasifica de acuerdo con la frecuencia en la que se presenta, ya sea estacional, que se da únicamente en ciertos periodos de tiempo, mientras que la crónica se manifiesta todo el año.
Los antecedentes familiares de alergias son un factor importante en el desarrollo de la rinitis alérgica, especialmente cuando los síntomas se presentan durante la niñez. Así mismo los factores que se han visto involucrados de manera preponderante son: los hábitos alimentarios de las madres en gestación; el tipo de nacimiento, que es mayor cuando es por cesárea; la falta de lactancia completa que debe ser de 6 meses; el uso indiscriminado e innecesario de antibióticos y otros fármacos que se prescriben a los bebes y niños; la aparición de obesidad, ligada a malos hábitos alimentarios de los mismos; y un factor muy importante: la contaminación ambiental.
Los ácaros son responsables del 50 por ciento de las manifestaciones alérgicas y están presentes en el polvo de casa. Principalmente se encuentran en colchones, almohadas, cortinas, sofás, alfombras y peluches. Un colchón puede contener cerca de dos millones de ácaros y se pueden encontrar hasta 2 mil ácaros por cada gramo de polvo. Los síntomas de la alergia a los ácaros aparecen todo el año, pero pueden ser más intensos durante dos períodos clave: primavera y otoño ya que en esas temporadas el ambiente es más cálido y húmedo.
La rinitis alérgica estacional, provocada en gran parte por el polen es considerada la cuarta patología crónica a nivel mundial, según datos de la OMS. Los síntomas son fácilmente reconocibles, ya que afectan especialmente nariz, ojos y faringe.
El paciente alérgico, después de tener contacto con el alergeno, puede presentar irritación y obstrucción de la nariz, picores y estornudos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos. Otros signos que pueden aparecer son tos, sensación de ahogo o erupciones cutáneas.
Para el control y alivio de los síntomas de las alergias y de otras enfermedades de las vías respiratorias, tanto niños como adultos pueden usar antihistamínicos de segunda generación como la cetirizina, la cual que apacigua los síntomas derivados de las patologías alérgicas como estornudos, escurrimiento nasal, ojos llorosos, comezón de nariz y garganta.
Una adecuada prevención para evitar el surgimiento de estas enfermedades es la información a la población y una propuesta de los especialistas es incidir sobre estos factores desencadenantes de las mismas: alimentación correcta, uso adecuado de fármacos y antibióticos y desde luego el abatir la contaminación atmosférica.
“Los centros hospitalarios de alta especialidad no se dan abasto en la atención de este tipo de padecimientos, por lo que propugnamos que la capacitación de los médicos de atención primaria deberá ser primordial para este objetivo, ya que es con ellos en donde se detectan estas entidades en una forma inicial y sin complicaciones. Asimismo, la introducción en el conocimiento de estas enfermedades deberá ser obligatoria en la formación del médico en las universidades”.
“Nuestra población debe recibir una amplia y entendible información sobre estas enfermedades y desde luego prevenir el desarrollo de las mismas con medidas efectivas”, concluyó el especialista.