Las lágrimas tienen muchos propósitos, y los ojos las producen todo el tiempo, producimos aproximadamente de 57 a 114 litros de lágrimas cada año.
Las lágrimas basales son las que están en nuestros ojos todo el tiempo y sirven para lubricar, nutrir y proteger los ojos.
El segundo tipo de lágrimas, llamadas lágrimas reflejas, se forman para proteger los ojos de sucesos irritantes, como el viento, el humo o la cebolla.
El tercer tipo de lágrimas son las que soltamos después de una pelea con un compañero o una película con gran carga emotiva: las lágrimas emocionales.
Un estudio de la década de 1980 descubrió que este tipo de lágrimas pueden contener más proteínas que otros tipos de lágrimas, pero la ciencia está lejos de ser concluyente a este respecto.
Tienen una estructura similar a la saliva y contienen enzimas, lípidos, metabolitos y electrolitos.
Cada lágrima tiene tres capas: una capa interna de moco que mantiene toda la lágrima sujeta al ojo, una capa intermedia acuosa (la capa más gruesa) para mantener el ojo hidratado, repeler las bacterias y proteger la córnea y una capa aceitosa externa para mantener la superficie de la lágrima lisa para que el ojo pueda ver a través de ella y para evitar que las otras capas se evaporen.
Según una investigación alemana publicada por The Telegraph, la sesión promedio de llanto dura 6 minutos para las mujeres y de 2 a 4 minutos para los hombres.
Esa misma investigación encontró que llorar termina en sollozos en el 65% de los casos para las mujeres, y solo en el 6% para los hombres.
Esto puede conducir al desarrollo del ojo seco, que es un problema común para las personas que sufren cambios hormonales, especialmente las mujeres durante el embarazo y la menopausia.
Los lentes de contacto y ciertos medicamentos también pueden causar sequedad ocular.
Si tienes ojo seco, también puedes ser propenso a la blefaritis, una causa común de irritación o hinchazón de los párpados.
Fuente: Muy Interesante
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